El Black Friday ha llegado para quedarse. Esta iniciativa comercial de EE UU adoptada hace cuatro años alarga este su duración. La mayoría de los comercios prolongará hasta el próximo domingo estos días previos de rebajas antes de la campaña de Navidad.

No obstante, la mayor parte de los comercios consultados criticaban el retraso de Cort en el tradicional encendido de las luces de Navidad que, a su juicio, provocó durante la jornada de ayer no solo una menor afluencia de gente, sino un significativo descenso en las ventas.

El Corte Inglés solventó en parte el apagón iluminando ayer su fachada y esta acción, al parecer, atrajo a más clientes. Las luces o el irresistible reclamo que supuso para los más pequeños y sus padres un inmenso Chewbacca acompañado del tenebroso Darth Vader y de soldados de las tropas imperiales que montaban guardia en las inmediaciones de su centro en las Avingudes.

Aunque en algunos comercios como Mango, que ofrecía descuentos del 30% en todos sus productos, estimaban que había más clientes y más ventas, en Top Top, establecimiento de moda infantil, consideraban que el año pasado hubo más gente y que se hizo más caja.

No obstante esta tienda, como en casi todas en las que se entró para elaborar este reportaje, amplió su horario de cierre en este viernes que se está convirtiendo a marchas forzadas en una fecha clave para el sector comercial. "Generalmente cerramos a las ocho y media pero hoy (por ayer) lo haremos a las diez. Como los grandes centros comerciales lo hacen, nos tenemos que sumar a ellos porque la clientela piensa que es generalizado y salen de compras más tarde, con más tranquilidad", explicaba la encargada.

En Refugi de Muntanya, tienda especializada en senderismo de Vía Sindicato, aseguraban que "nos hemos sumado al Black Friday, pero estamos ofreciendo los mismos descuentos que manejamos habitualmente". Pese a que no habían cerrado al mediodía y lo harían hora y media más tarde por la noche, sí aseguraban que la jornada de ayer nada tenía que ver con la del año anterior, "que se animó mucho a última hora con el encendido de luces", lamentaban.

Esta misma apreciación era corroborada por la encargada de Bennetton, establecimiento que pese a mantener unos descuentos del 25% hasta el domingo, ya apreciaba menos ventas que el año pasado por esa falta de iluminación navideña que, al parecer, exacerba la vena consumista.

Adrián, encargado de K-Tuin, aseguraba sin embargo que habían recibido más clientes y que las ventas se habían incrementado respecto del año precedente. Aunque quizá el responsable, aventuró, fue su producto estrella: El iPhone 7, un smartphone cuyo precio oscila entre los 760 y los 1.100 euros aunque en esta ocasión, contraviniendo la política de Apple no hacer descuentos, se podía adquirir con una rebaja del 5%.

Pese a que los comercios hablaban de menos clientela, las calles estaban a abarrotar y los potenciales compradores se quejaban de las aglomeraciones en las tiendas y a la hora de pagar. "Muy caro y mucha gente. Además, solo han rebajado lo de verano, no lo de invierno". "Mucha gente y falta de tallas. La incomodidad no compensa unas rebajas de tan solo el 20%". "Nada de compras compulsivas, hemos venido a por unos zapatos para la niña y si no los encontramos, no compraremos nada". "Si te he de hacer un resumen te diría que ha sido una locura, me he estresado molt", fueron algunas de las opiniones recabadas.