Pullmantur negó ayer que las obras de reforma del barco "Sovereign" durante una travesía por el Mediterráneo, y que han provocado una cascada de quejas y reclamaciones por pasajeros mallorquines, hayan empleado productos o métodos peligrosos para la salud. El touroperador añadió que los trabajos solamente afectaron a un 5 por ciento de la superficie del buque y se programaron para que causaran las menores molestias a los pasajeros.

Algunos cruceristas se han unido para presentar reclamaciones conjuntas ante Consumo y alegan que los días pasados a bordo del "Sovereign" fueron una pesadilla por los productos tóxicos usados para el cambio de moquetas en todas las cubiertas del barco y los ruidos y otras molestias derivados del arreglo de tuberías. Pullmantur informó de que los trabajos estuvieron "enfocados exclusivamente a remodelar estéticamente determinadas áreas y zonas del barco". "Dichos trabajos se han procurado programar para ser ejecutados por la noche o cuando los pasajeros estaban disfrutando de los puertos y siempre contemplando las máximas medidas de seguridad y de salud pública", añadió la compañía.

"Hemos intentado minimizar todos los inconvenientes causados dejando bien claro además, que en ningún momento la salud y seguridad de los pasajeros y miembros de la tripulación se ha visto afectada", zanjó Pullmantur.