El Govern balear ha constituido junto a los gobiernos de Córcega y Cerdeña un frente común para tener "una voz conjunta" ante el Comité de las Regiones en la negociación de los fondos europeos. En el acto de apertura de la Cumbre del Mediterráneo, que tuvo lugar ayer en Palma, la presidenta del Govern, Francina Armengol, afirmó que "fundamentalmente" la intención es "conseguir un mayor reconocimiento de la insularidad y una fiscalidad específica para los territorios insulares periféricos".

Al acto, que se celebró en Can Campaner, también acudieron el presidente de Cerdeña, Francesco Pigliaru, y el presidente del Consejo Ejecutivo de Córcega, Gilles Simeoni.

"Si somos diferentes del continente, necesitamos ser tratados de manera diferente por parte de nuestros Estados y por parte de la Unión Europea", aseveró la presidenta autonómica. Armengol afirmó que les interesa "la creación de un Fondo de Insularidad Europeo para cada uno de los tres territorios insulares".

"Un fondo independiente y complementario al sistema de financiación regional, que permita dar una respuesta a las inversiones necesarias en materia de transporte, infraestructuras, telecomunicaciones, energía o medio ambiente", detalló la socialista.

De esta manera, apuntó que la Unión Europea (UE) "tiene que asegurar en todas las islas periféricas medidas de compensación equiparables a las ultraperiféricas".

"Por todo eso -recalcó-, hace falta involucrar más a las instituciones y órganos europeos que ya se han pronunciado sobre la necesidad de compensar adecuadamente la desventaja insular".

Simeoni, por su parte, recordó que "ya hay un trabajo hecho con Cerdeña" y celebró que Balears se sume porque así "este proceso de colaboración se refuerza".

Por su parte, Pigliaru destacó temas concretos relacionados con la insularidad, como el transporte, donde hacen falta "soluciones normativas". Y también hizo mención de "mejoras de infraestructuras del sector energético".

El presidente de la Cámara de Comercio de Mallorca, José Luis Roses, defendió por su parte la aplicación de un IVA reducido en todos los territorios insulares europeos. Roses destacó que el derecho de los territorios insulares a contar con impuestos reducidos "no constituye un privilegio", sino una "medida compensatoria" para fortalecer la economía local de estas regiones ante las desventajas de la insularidad.