­La cita fue ayer, a las cinco y cuarto de la tarde en el Bar Marítimo de Palma, en una mesa situada en el interior del local frente a una antigua fotografía en blanco y negro de Ciutat, como si el pasado se hubiera empeñado en regresar.

José Ramón Bauzá había convocado previamente y a través de WhatsApp a los militantes del partido para explicarles el proyecto con el que concurrirá al congreso regional tras el anuncio del día anterior. Camisa Ralph Lauren blanca, mangas arremangadas, y muñeca izquierda poblada de pulseras de tela y cuero. Su conocido uniforme de campaña. Pero a la reunión no acudió nadie de peso: ni un diputado, ni un concejal, ningún representante de la última lista que él mismo nombró. Solo Carlos Delgado, la alianza desesperada que ha vuelto a encontrar para traicionar al que fue hasta el viernes su opción para la presidencia del partido, Jaime Martínez, que luchaba por concurrir al cónclave popular con una candidatura alternativa a Biel Company y la aspiración máxima de un pacto que lo aupara en el último momento a la futura dirección.

Bauzá, y en esto coinciden todas las facciones del Partido Popular consultadas, está absolutamente solo. En Madrid, donde no ha conseguido ni una comisión en el Senado y donde estaban puestas todas sus ambiciones, María Dolores de Cospedal y Fernando Martínez Maíllo le han hecho la cruz, apuntan las mismas fuentes. Con lo que ha depositado todas sus esperanzas de poder en el congreso regional, agitando de nuevo con Carlos Delgado la bandera del anticatalanismo militante. En su contra tiene los escasísimos apoyos con los que cuenta, que son los excluidos de Company, así como la falta de cohesión de los mismos, al buscar precisamente con su paso al frente la división entre los seguidores de Martínez. También juega en su contra la imposibilidad de llegar a un acuerdo con el sector de Biel Company por el rechazo que su figura genera. Ni en el hipotético caso de que Delgado se hiciera con el poder en la junta de Calvià aumentarían significativamente sus posibilidades, apuntan las fuentes consultadas.

El paso al frente de Bauzá se ha interpretado en el PP regional de tres maneras: con enfado, por la división que viene a crear en el sector de Martínez después de haberle manifestado el expresident su apoyo de forma pública en varias ocasiones, aunque el exconseller de Turismo se empeñara en decir que la suya no era una candidatura continuista; con sorpresa, al interpretar que Bauzá no tiene la más mínima posibilidad y actúa solamente por deseos de venganza contra la facción que acabó con él; y con chanzas de todo tipo, poniendo incluso en duda el equilibrio de las decisiones que en estos momentos toma.

Desde que Bauzá perdió la presidencia del partido, el sector regionalista ha crecido mucho y aglutina ya fuerzas variadas y de peso. Marga Prohens ha ocupado el primer plano en el Parlament y acapara el discurso y la imagen del partido. Biel Company controla el aparato, se sitúa en el segundo plano, hace un esfuerzo de moderación y, sobre todo, trabaja para ganar adeptos a su candidatura, que si ya era mayoritaria en la part forana al perder Bauzá la presidencia, ha ganado muchos apoyos en Palma, abriendo y moderando un discurso que ya no es contra el pasado. Incluso la relación con los sectores rodriguistas y otros pesos pesados de la capital ha pasado a ser cordial y de colaboración, explican desde el partido. Ni el anuncio de Bauzá ha sacado a Biel Company de la calculada moderación que ahora mueve su discurso. Le va la presidencia del Partido Popular en Balears en el envite de finales de marzo o abril.