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Entrevista

Rafael Ballester: "La guerra entre grandes superficies se lleva al pequeño comercio por delante"

"El comercio ha cambiado mucho en pocos años, pero la mentalidad de muchos comerciantes no lo ha hecho"

"Muchos comerciantes se han dejado sangre, sudor, lágrimas y el patrimonio de media vida durante la crisis", afirma Ballester.

-El comercio balear mostró el pasado año los primeros indicios de una apreciable recuperación que se han intensificado a lo largo de 2016. ¿Cree que se trata de un cambio de tendencia ya consolidado?

-Lo cierto es que estamos consolidando la recuperación después de muchos años de pasarlo mal. Es verdad que está muy ligada a unas temporadas turísticas muy buenas, y si rascamos un poco nos encontramos con que quizás tenemos visitantes prestados por los problemas de otros destinos. Somos optimistas, pero hemos de tener cuidado todavía, porque a poco que lo toquemos igual se rompe. La recuperación existe, pero hay el riesgo de que se de la vuelta. En cualquier caso, es cierto que el residente ha mejorado su situación financiera y está incrementando su consumo.

-¿Qué ha dejado su sector por el camino durante esta crisis?

-El pequeño comercio ha perdido muchos de sus negocios emblemáticos y familiares, con gente que se ha tenido que reinventar o ha desaparecido. Muchos comerciantes se han dejado sangre, sudor, lágrimas y el patrimonio de media vida detrás de la empresa. Es una situación que te llevas a casa.

-Durante los años de bonanza, desde Afedeco se afirmaba que el sector comercial estaba sobredimensionado. ¿Esta crisis ha hecho un ajuste o sigue existiendo ese problema?

-El pequeño comercio ya no está sobredimensionado. Otra cosa es la oferta comercial, porque metros cuadrados tenemos por un tubo por la apertura de grandes superficies.

-Hagamos balance. ¿Cómo ha ido este verano?

-La temporada ha sido buena para todos. El alquiler vacacional ha sido positivo para el comercio de proximidad porque nos ha traído un número de clientes importante que quizás de otra manera no hubieran accedido a según que tipos de negocios, como los supermercados.

-¿Buena para todo el sector o todavía hay zonas que no se benefician de esta bonanza?

-Si hablamos de Palma, las barriadas todavía padecen. Los turistas no llegan a Son Cladera o al Vivero. Pero es verdad que el residente que vive allí y ha trabajado en un hotel, por ejemplo, ha mejorado sus ingresos y su consumo también favorece a los negocios de la zona. Pero es algo que tarda más en llegar y llega en menor medida.

-¿Qué incremento en la facturación ha conseguido el sector?

-Es difícil de determinar, porque al hablar de ventas del comercio minorista incluimos tanto lo que factura una gran superficie como una pequeña tienda. Por eso pedimos que se cree un Observatorio Balear del Comercio, para separar lo que pasa en cada tipo de negocio. De media se habla de un 4% o un 5% de incremento en las ventas, aunque en algunas zonas esas tasas se quedan cortas, y en otras se ha facturado menos que en 2015. Es difícil dar una cifra en concreto porque lo metemos todo en el mismo saco y no tenemos datos segregados.

-Tras el buen balance del verano, ¿qué previsiones manejan para la campaña navideña?

-No son malas, pero ha cambiado un poco el escenario con la apertura de un nuevo centro comercial. Si la situación fuera la misma que en 2015, diría que con certeza vamos a aumentar las ventas un 4% 0 un 5% respecto a la pasada Navidad. Estamos ante una incógnita, porque esta gente va a hacer campañas muy fuertes y va a ser una dura competencia para nosotros. Pero las perspectivas son buenas y hay un montón de ilusión por nuestra parte.

-¿Las campañas navideñas se están quedando en manos de unos pocos grandes?

-No. Los pequeños también jugamos. Más que de grandes o pequeños, podemos hablar de zonas, y de comercio de proximidad (el que está dentro de las ciudades) y de atracción (el que precisa de desplazamientos fuera del núcleo urbano). Porque si eres un pequeño y tienes un grande al lado, te va bien.

-El pequeño comercio ha echado el resto en una campaña de dinamización que se va a iniciar el próximo día 25, coincidiendo con el Black Friday. Pero el ayuntamiento de Palma retrasa hasta el 3 de diciembre el encendido de las luces navideñas. ¿Qué ha pasado aquí?

-Desde el principio, las patronales del comercio tradicional hemos estado trabajando con la idea de repetir la experiencia del año pasado, que fue un éxito. Hacer coincidir el inicio de la campaña de Navidad con el encendido de las luces y con el Black Friday obtuvo unos excelentes resultados en 2015. Incluso hemos firmado contratos con atracciones y con gente que nos va a ayudar en la campaña. Y a 10 días vista del tema, nos enteramos de que el alumbrado no se va a encender hasta el día 3. Nos quejamos, vamos a hablar con la concejalía de Comercio, y nos dicen que el tema depende de Infraestructuras y que además hay un informe de la Policía Local que recomienda que no se junte tanta gente. Nosotros no estamos de acuerdo. Si se presume de ayudar al pequeño comercio, es en momentos como éste cuando se ha de demostrar.

-¿Han hablado con el alcalde José Hila?

-Con él no, pero le hemos pedido una reunión. El problema es que estamos ya en unas fechas...

-¿Dan por perdida esta batalla?

-No, esperamos estar a tiempo para cambiarlo, porque sería muy bueno para el comercio de Palma.

-¿Creen que ha existido descoordinación entre diferentes departamentos municipales?

-Lo de las luces ha sido un caso más. Iniciaron obras en Jaume III de un día para otro y sin hablar con nosotros, cuando se trata de uno de los principales ejes comerciales de la ciudad. Levantaron las baldosas de la Vía Sindicato, otra emblemática calle comercial, y tampoco sabíamos nada. Mucha descoordinación es lo que hay. En este tipo de situaciones necesitamos que su mensaje de apoyo al pequeño comercio sea más que palabras y que se demuestre con hechos. Y que reconozcan cuando se han equivocado y lo cambien. Pero no parece que vayan a cambiar nada.

-¿La apertura de una nueva gran superficie tiene al pequeño comercio como principal damnificado o acaba convirtiéndose en una batalla entre gigantes?

-Al pequeño se lo lleva por delante, pero la guerra la tienen entre ellos. El otro día me hablaban del recorte en las ventas de algún gran centro desde la apertura de otro nuevo. Pero a nosotros también nos afecta, y el termómetro va a ser el resultado de la campaña de Navidad.

-Frente a otras patronales del sector, Afedeco marca diferencias entre grandes empresas, y defiende a las grandes firmas que se implantan en las ciudades.

-Desde hace años no hablamos nunca del grande contra el pequeño, sino del comercio de proximidad frente al de atracción, lo que supone defender el modelo de comercio de ciudad, y quizás deberíamos plantearnos la posibilidad de organizar campañas conjuntas con los grandes de proximidad. El problema del sector tradicional es que está superatomizado y aquí cada uno hace la guerra por su cuenta, lo que es un error, porque no se llega muy lejos. Deberíamos ser capaces de unirnos frente al de atracción, que consume territorio y hace necesario el uso del vehículo privado para desplazarse.

-¿La competencia más fuerte les llega desde las grandes superficies o desde Amazon?

-Tradicionalmente teníamos en la cabeza que la competencia del pequeño era el grande, y contra él había que luchar. Pero ha llegado un actor nuevo a escena, y la venta por internet es ya una competencia para los grandes, que son los que están realmente preocupados. Pero también es competencia para nosotros y deberíamos ser capaces de adaptarnos. Lo que les es muy difícil a los grandes es montar tiendas on line paralelas a las infraestructuras físicas que ya tienen y que todo les salga rentable. Por ejemplo, hay cadenas de alimentación que con la venta on line pierden dinero. El producto más vendido por internet es el agua mineral porque es difícil de trasladar, pero en el precio el transporte está incluido. Si tengo que llevar a un ático en Sant Miguel 20 botellas de agua, tengo que enviar a dos personas con un vehículo, encontrar donde aparcar, subir el material... No compensa.

-¿El pequeño comercio debe de sumarse a la venta on line?

-El pequeño debería meterse en este tema. El problema es que hacerlo solo es muy complicado. Si fuéramos capaces de hacer grupos de venta, con plataformas on line compartidas, donde cada uno pudiera colocar sus ofertas, podría funcionar, aunque los intentos que se han hecho han fracasado, porque cuesta. Pero aunque no sea la venta por internet, la promoción on line, darte a conocer a través de las redes sociales, es muy necesario. Aprovechar la red como trampolín de promoción es fundamental, y si además luego vendes, mucho mejor. Otro problema es que el comercio ha cambiado mucho en pocos años, pero la mentalidad del comerciante no lo ha hecho tan rápido. En los negocios donde el titular es más joven y más dinámico, es más fácil, pero hay cierto tipo de comerciante al que le cuesta. Hay una brecha generacional.

-Los datos de empleo y de altas de empresas de comercio en la Seguridad Social reflejan ya un apreciable crecimiento, pero al sector le ha costado mucho entrar en esa dinámica positiva. La restauración, igualmente dependiente del consumo interno y del turístico, comenzó a crecer mucho antes ¿Qué le ha pasado al sector comercial?

-No lo sé exactamente, pero es un hecho. No sé si por miedo del comerciante, con gente que lo ha pasado muy mal y que se ha vuelto muy precavida, se han retrasado inversiones y contrataciones. Todavía hay personas que a un presupuesto le da siete vueltas.

-Se acusa al pequeño comercio de haber estado sobreprotegido por algunas Administraciones, llorando mucho pero con una actitud muy pasiva a la hora de adaptarse a las necesidades del cliente.

-El comercio tradicional ha vivido de la tradición. El sector ha cambiado más en los últimos cinco años que en los anteriores 50, y muchos pequeños empresarios se han mantenido en el discurso victimista. Pero es lo que hemos comentado antes respecto a la diferencia generacional. No hay que ser victimistas, aunque sí reclamar tus derechos, pero no podemos esperar a que siempre vengan a sacarnos las castañas del fuego. Si su negocio no funciona, y funciona el de al lado, será que usted está haciendo algo mal. A veces, lo que le pasa al pequeño comercio es culpa del pequeño comercio. Hay que modernizar los negocios, y mucha gente no lo ha hecho.

-¿El futuro del pequeño comercio pasa por la especialización y por contar con personal cualificado que sepa asesorar al cliente?

-El futuro, y el presente incluso, pasa por la especialización. No podemos pretender tener de todo frente a las grandes superficies. Nosotros debemos ser especialistas. Es fundamental la formación del empleado y el producto que ofreces. Si queremos ser expertos en bisagras, no contar con dos, sino con 200, de forma que el cliente sepa que va a encontrar lo que busca y además se le asesorará sobre lo que más le conviene. No vamos a ser los más baratos, pero sí debemos ser los mejores en lo nuestro.

-¿Cómo se afrontan los cambios en el consumidor y la desaparición de las compras por impulso en favor de las de sustitución?

-Esta crisis la ha padecido toda la sociedad y ha modificado los hábitos de consumo y de vida. No creo que sea malo, y podemos hacer una sociedad mucho más estable, porque lo anterior era una burbuja, hasta que estalló. Ahora se mira mucho lo que se compra y lo que se necesita, aunque nos permitamos algún capricho si podemos. Quizás la excepción sea la tecnología, que se ha colocado como una prioridad de la gente.

-¿Cómo afecta al comercio la política empresarial de salarios bajos?

-Una política de salarios bajos nos trae una sociedad pobre, que consume menos. ¿Pero quién le pone el cascabel al gato? Hay que subirlos, ¿pero quién los sube primero? Yo soy partidario de que los sueldos sean más dignos.

-Se van a aplicar cambios en la ley de comercio para reducir los festivos con apertura. ¿Eso no traiciona el acuerdo que se había alcanzado con las grandes empresas?

-Afedeco no era partidaria de tocar la ley porque estaba consensuada, aunque no estaban los sindicatos. El Govern decide abrir este melón, y se nos propone, entre otras cosas, la reducción de los festivos. ¿Una traición a los grandes? Quizás se podía haber negociado un poco más, porque 16 era demasiado incluso para las grandes superficies. Ahora van a ser 10, pero vamos a buscar que sean los 10 mejores festivos para todos, en lugar de elegir los peores como se hacía antes.

-A este cambio se llega con la lengua fuera para que pueda entrar en vigor en 2017. ¿Se durmió la Conselleria o fueron las patronales?

-Ha sido un poco culpa de todos. Se han negociado muchas cosas con mucha gente, hemos sido poco ágiles todos y se nos ha tirado el tiempo encima. Llegaremos por los pelos.

-¿Tiene sentido que sea zona de gran afluencia turística el centro de Palma y no todo el Paseo Marítimo?

-Esta categoría es una figura para dinamizar ciertas zonas y hay que mantener un equilibrio. Si llegamos hasta Portopí, otros también querrán lo mismo. Está bien como lo tenemos ahora y es mejor no moverlo.

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