El fiscal Anticorrupción de Balears Pedro Horrach, que ejerció la acusación pública en el caso Nóos, afirmó ayer en Madrid que cree que "falta coraje" en jueces y tribunales españoles para actuar como "filtro" con las acusaciones populares, y se mostró profundamente "indignado" con aquellas posturas que equiparan a esta figura con la de la fiscalía en las causas penales. Horrach aseguró que la sección primera de la Audiencia de Palma, que ha juzgado Nóos, no tuvo coraje para expulsar de la vista a la acusación popular Manos Limpias. "Nosotros los fiscales nos hemos currado una carrera, somos funcionarios públicos y tenemos profesionalidad e independencia, las instituciones deberían haberse hecho valer", manifestó, visiblemente indignado tras explicar que no podía adoptarse ninguna medida contra el sindicato que ejercía la acusación popular en Nóos cuando se conoció, a la mitad del juicio, que se había abierto una investigación contra éste por posibles extorsiones en el caso Ausbanc.

A su juicio, el tribunal sí debió apartar a Manos Limpias cuando (al principio de la vista) se supo que había retirado la acusación contra uno de los directivos de Nóos, Miguel Tejeiro, alegando motivos "estratégicos". "¿Cómo se puede aludir a motivos estratégicos para pedir que se retire del caso a alguien que lleva imputado 8 años? Ello debió suponerle la expulsión, pero creo que falta coraje en jueces y tribunales", indicó Horrach.

Medios contra la Infanta

El fiscal Pedro Horrach opinó que "sería una sorpresa" que condenaran a la infanta Cristina y que ello supondría "la primera vez en España, no solo que se sienta en el banquillo una persona por hechos similares a este, sino que además es condenada".

El de la Infanta es, a su juicio, "uno de los casos donde la presunción de inocencia saltó por los aires desde el minuto uno que estuvo imputada", ya que los medios de comunicación se dedicaron, dijo, a "magnificar cualquier dato que en circunstancias ordinarias era nimio e insignificante"

Sobre las críticas a su persona por no acusarla, Horrach recordó que le llaman "el abogado defensor de la infanta". "Qué le voy a hacer: asumirlo con humor", añadió.

El juicio fue, admitió, "de mucha tensión" y en algunos momentos se vivió como "un Gran Hermano", ya que se retransmitía de manera parecida al "reality show" del mismo nombre y eso contribuyó a crear nerviosismo en las partes, incluido el tribunal...".