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Al margen

Felicidad hotelera: ya no importan los rojos

Se abre el telón: aparece la presidenta del Govern, Francina Armengol, rodeada de altos cargos de Més y de lo que queda de su partido (PSOE)...

La presidenta, el vicepresident, altos cargos y la presidenta de los hoteleros.

Se abre el telón: aparece la presidenta del Govern, Francina Armengol, rodeada de altos cargos de Més y de lo que queda de su partido (PSOE), y arropada por la sonrisa radiante de la presidenta de la patronal hotelera, Inma Benito. ¿Cómo se llama la película? Ni idea, pero seguro que sería algo así como "Ya no vienen los rojos" o "Qué más dan ya los rojos". La estrenaron ayer en Londres, donde este año lo imposible está hasta en fotos: el sector hotelero y el Govern del Pacto intercambian carantoñas. No llegan a amarse aún, pero Inma Benito ahora quiere hasta guardar de recuerdo sus posados con Francina: definitivamente, ha acabado la campaña electoral y hay Gobierno en España. Si lo dudan, hagan memoria, o se la hago yo: hace un año, en Londres, los hoteleros salían a escena para reprobar al Govern el renacer de la ecotasa y amenazar con suspender las inversiones de esas reformas que tan rentables les han salido. Siguen reprobando e invirtiendo, pero con una sonrisa, que no cuesta nada ser feliz y rico a la vez.

El tiempo y el dinero todo lo curan. Les vuelvo a hacer memoria, que siempre nos quedará el pasado: hace un año el momento caliente de Londres lo protagonizaba Francina Armengol, echada al monte para casi coger por las solapas al entonces ministro Soria y exigirle que se dejase de milongas y le soltase a Balears el dinero que Madrid debe en inversiones estatutarias. La foto dio la vuelta al pequeño mundo de la World Travel y llegó a Balears, que un año después sigue sin ver un euro, pero al menos tampoco tiene que ver al ministro Soria, que no iba camino de Soria, sino de Jersey y otros paraísos fiscales. Le pillaron. Dos veces, además, la segunda de camino al Banco Mundial, recomendado por Rajoy.

El caso es que Soria ya no es ministro, y el nuevo, Álvaro Nadal, esperará a próximos eventos para estrenarse en un sector en el que tiene muchos amigos en Mallorca, donde ha sido invitado de la patronal hotelera en al menos dos ocasiones. Parece que esta vez el turismo tendrá un ministro amigo, aunque esos son los peores, como sabe cualquier político o cualquier amante de otros subgéneros cinematográficos de terror.

Calidad, en poca cantidad

Por quedarse en Madrid luciendo cartera, se perdió el ministro Nadal el nuevo estand de Balears, que sintetiza a la perfección la apuesta que vende el Govern por la calidad, no por la cantidad. Cantidad: 300 metros, una tercera parte que Canarias, por ejemplo. Calidad: 300 metros, sí, pero en la puerta de entrada al pabellón de turismo europeo de la World Travel Market, ubicación de lujo que batallaron duramente la directora general Pilar Carbonell y su equipo. Balears es pues lo primero que se visita en Europa, como en la vida real, para sudor de todos los residentes. Balears además luce por delante del turismo español y su estand, que se va encogiendo, mientras avanzan en solitario titanes del negocio como Canarias, Balears y Cataluña. Nuevamente, pura realidad de esta España que es cada más Españas y menos España.

Balears pierde Murcia

Sigamos con el estand y con lo de ir haciendo memoria, por si algo queda. La instalación balear son 300 metros, decíamos, y cuesta 389.500 euros. Son 70.000 más de lo que se pagaba por el estand de antes, que no hay otra opción que recordar con nostalgia, aunque solo sea por la de chistes que aportó a esta sección: estaba en un rincón escondido, en la salida hacia el baño, dentro de ese organismo estatal que promociona el turismo español a base de maltratar a sus comunidades y de convertir a Balears en una archipiélago de cinco islas, a saber, Mallorca, Menorca, Eivissa, Formentera y Murcia.

Pues ya no. Ahora Balears es lo primero que se ve, flanqueada por Canarias y Grecia, competidores de su liga. De Murcia nada se sabe y el rincón junto a los baños lo ocupa hoy una empresa de autobuses croata: ese era el nivel.

Ahora se ve más el turismo de Balears que el de España, como toca, y más en un Reino Unido en el que ayer un touroperador definía España como el "mainland" al lado de Mallorca y Eivissa, algo así como el continente ese que hay cerca de donde veranemos y trasegamos pintas al sol. Cosas de esos isleños con orgullo de serlo llamados británicos, los que hoy llenan titulares por el brexit, como si alguna vez hubiera habido un brex-in. Están locos estos continentales.

Se busca secretaria de Estado

Otra que está de salida por su exit, aunque sin que esté claro si alguna vez entró, es Isabel Borrego. Hace cuatro años subjetivamente largos se convertía en la única representante ¿balear? en el Gobierno. Rajoy le daba Turismo, nada menos. Y nada más: ahí se acabó su historia, salvo que quieran ser torturados con una relación de tropezones. Ahora arrecian los rumores sobre su sustituto, que parece que será sustituta. Pero a saber: Últimamente cualquiera se postula, ahí tienen a Bauzá.

Menos hoteleros en la feria: Este año aún están trabajando

Les decíamos ayer que por Londres iba a andar el alcalde de Palma, José Hila (PSIB), que esta vez sí venía a hacer algo: Van a firmar en la feria y con Gabriel Escarrer, consejero delegado de Meliá, el contrato del Palacio de Congresos. Presentarán también parte de la programación de eventos, que parece que será jugosa.

Pero eso será hoy. Ayer el ambiente era más frío de lo que suele. Desde hace décadas la feria de Londres es una especie de fiesta de fin de curso: Es en noviembre, y se aprovecha para celebrar el cierre de la temporada, con la tranquilidad de estar a muchos meses de que empiece la siguiente y con los euros ganados en verano aún calientes. Pero esta vez no: Hay menos hoteleros que otras veces.

¿Razón? ¿No quieren fiesta? Pues al contrario: Tienen más excusas para la jarana que nunca, que este año lo han bordado, pero resulta que les va tan bien que la mayoría están aún abiertos al turismo. Y es noviembre. La desestacionalización cansa.

Como el debate sobre el alquiler turístico, que protagonizará los próximos meses. Ayer tocaba tregua: Intercambiaban poses y sonrisas la presidenta hotelera y el del alquiler turístico, Juan EstarellasJuanEstarellas, tan dispuesto a llevarse bien que ha pasado de Airbnb y se aloja en un hotel de cadena catalana. Y que haya paz, que los euros del turismo casi todo lo curan.

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