El nuevo Gobierno de Mariano Rajoy no tendrá ninguna cara de las islas. El presidente hizo públicos ayer los nombres del gabinete, en el que no figura nadie de las Illes Balears. Tras la investidura del líder del PP empezó a especularse con que en esta ocasión habría alguien del archipiélago en un Ministerio. Claro que el último fue Jaume Matas, y no ha dejado un buen recuerdo en la Moncloa. Por cierto que el extitular de Medio Ambiente y expresidente del Govern debe comparecer hoy en la comisión de investigación de las autopistas de Eivissa, en el Parlament. La anterior ocasión sorprendió por videoconferencia con la cabeza vendada, a ver cómo vendrá hoy. Si viene.

José Vicente Marí es el hombre del PP balear mejor posicionado -y capacitado- para ser alto cargo en Madrid. Podía haber sido ministro, como muchos en su partido querían, pero al final no ha ocurrido. Mantiene intactas las posibilidades de ser nombrado secretario de Estado, bien de Hacienda bien de Turismo. Este último puesto lo ocupaba en la pasada legislatura Isabel Borrego, que el PP balear vendía como cuota suya, aunque llevara años desvinculada del día a día del mismo y viviera fuera. En su momento también fue secretario de Estado de Turismo el socialista Joan Mesquida. Balears, con lo de ser el motor turístico de España, parece ser cantera para este cargo.

José Vicente Marí tuvo muy buena prensa durante su etapa como conseller de Hacienda y Presupuestos del Govern Bauzá. Algunos en el PP balear plantearon que fuera el sucesor del defenestrado presidente, pero su condición de ibicenco lastra sus opciones. “Los mallorquines no estamos preparados para que uno de Eivissa nos gobierne en el Consolat”, admitía un compañero de Marí lamentando el hecho.

En cambio, ser nativo de la isla pitüsa no es óbice para que el exconseller ocupe un alto cargo relevante en el Ejecutivo central, máxime ostentar la responsabilidad política directa sobre la principal industria local. Marí además dejaría de ser diputado en el Congreso, con lo que Pere Rotger entraría a ocupar su escaño, tal y como adelantó este diario el miércoles. Los populares de las islas matarían dos pájaros de un tiro.

En la carrera por conseguir un ministerio, el ganador del premio al ridículo se lo lleva José Ramón Bauzá. El expresidente del Govern y ahora senador anhelaba estar hoy en el sitio de Álvaro Nadal, y ha ido pregonando que los hoteleros le reclamaban a gritos. El economista se queda la cartera de Turismo, a la que Bauzá no tenía ninguna posibilidad de acceder. El PP balear habría vetado cualquier opción mínima del que fue su líder. Quieren tenerlo cuanto más lejos, mejor.

En los pasillos del Parlament, el martes algunos hablaban de que Rosa Estaràs podría ser ministra ayer tarde. La eurodiputada tiene una excelente relación con Rajoy, pero de momento sigue como eurodiputada. También en su escaño, en este caso en el Parlament balear, se queda María Salom. Rajoy ya le ofreció ser ministra de Educación hace relativamente poco. “María está muy bien así, no le interesa complicarse la vida ahora por Madrid”, explicaba un amigo de la inquera, el mismo martes.