Uno de los extremos sobre los que se tendrá que pronunciar el jurado del caso Peaje es cómo se financiaron las obras de un centro de meditación de la asociación de artes marciales y filosofías orientales Pachi Tanglang, que fue levantado en Búger en una finca propiedad de la novia del ingeniero jefe de Carreteras Francisco Orejudo. Orejudo, defendido por Gabriel Garcías, mantiene que la vivienda de dos plantas de Búger se sufragó con donativos de simpatizantes de la asociación amante del kung fu del extranjero y españoles. Según las acusaciones, el centro se hizo gracias a fondos de la UTE de la autovía.