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I+D+i

El sector tecnológico acelera en las islas y crece un 41% en apenas cinco años

El talento formado en la UIB y bregado en el Parc Bit está detrás de las casi 800 empresas que se dedican ya en Mallorca a la innovación, el diseño digital y la programación de software y videojuegos - La isla es referencia en I+D+i ligada al turismo

Bromas y trabajo en la sede de Habitissimo, otra 'start up' de éxito nacida en el Parc Bit. M. mielniezuk

Este mismo miércoles una empresa pequeña de aspiraciones gigantescas se subía a una plataforma digital para conseguir financiación con un objetivo de aúpa: lanzar al mundo una videoconsola con la que utilizar videojuegos de ordenador, algo que no permite ninguna de las maquinitas de referencia mundial de un mercado multimillonario de entretenimiento dominado por Playstation, Nintendo y X-Box. Sólo 48 horas después de empezar la campaña en busca de fondos, la empresita había cubierto sus necesidades de financiación. El proyecto sedujo instantáneamente a inversores de todo el mundo. ¿Y a qué viene toda esta historia en las primeras páginas de Diario de Mallorca? Pues a que la empresita que quiere comerse el mundo y va camino de ello es mallorquina, fundada por chavales mallorquines e impulsada por desarrolladores de empresas digitales como los también mallorquines de Mola.

De Mallorca para el mundo. Como las hoteleras hace cuatro décadas. Como algunas aerolíneas de éxito hace dos decenios. Como gigantes salidos de la nada, al estilo Orizonia, para controlar la touroperación turística internacional hace quince años (antes de hundirse como Orizonia). Como una sucesión incesante de empresas puramente tecnológicas e innovadoras amamantadas por el Parc Bit hoy mismo. Como Smach Z, que así se llama el invento, la videoconsola isleña que esta misma semana se ha convertido en un ejemplo más del vigor innovador del talento mallorquín. Que es mucho.

No son solo Mola y Smach Z, claro que no. Ni FastPayHotels y el sistema revolucionario de pagos hoteleros que sus propios creadores desgranan en la entrevista que acompaña a estás líneas en la siguiente página. No. Sobran los ejemplos. Y juntos arman un fenómeno que no cesa, esperanzadoramente machacón: la eclosión y crecimiento del sector tecnológico en la isla. Ya han leído algunos nombres, pero llaman casi más la atención las cifras: en los últimos cinco años ha aumentado un 41% el número de empresas de programación, diseño y consultoría tecnológica de la isla, la mayoría firmas de software que producen en la isla y venden en todo el mundo. Eran 544 en el año 2011 y ya son 768 en este 2016. Y a ellas se suman otras compañías de sectores hermanados con la innovación y la tecnología, desde esas empresas de hosting y procesamiento web que han engrosado sus filas un 45% en solo cinco años, a las sociedades que se dedican a la información y el diseño especializado en entorno web, que avanzan más de un 30%.

Aflora el talento

Entre todas tejen un entramado de más de 1.200 empresas puramente tecnológicas, una red cada vez más densa y floreciente, que ha echado raíces y empieza a colar sus ramas en las compañías tradicionales de una economía basada en el turismo, pero cada vez más adaptada a esa tecnología que lo multiplica todo. "Hay mucho talento aquí y está aflorando en empresas muy buenas. En Mola tenemos unas cuantas que están listas para dar el salto y crecer mucho", explica Paco Gimena, socio y fundador de Mola, una empresa que ha hecho del impulso de pequeñas start up su propia forma de innovación y negocio. De su vivero han salido ya unos cuantos grandes, a los que pronto se les sumarán otras como esta Smach Z de la que se hablaba al principio.

Salen adelante con el doble mérito de hacerlo prácticamente solas, explica el propio Gimena, que aclara que mientras en otros lugares del mundo, incluidas algunas zonas de España, se impulsa el desarrollo de empresas tecnológicas desde las instituciones públicas y las grandes compañías del sector privado, en Balears el que sale adelante lo hace por sus medios. Solo. Buscándose la vida. Convenciendo a amigos y familiares de que crean en el proyecto y aporten dinero. Explica Paco Gimena que al final la única contribución social a iniciativas de las que luego políticos y grandes empresarios presumen es precisamente ese interés de presumir, un "postureo" público y privado, sin más recorrido que el deseo de figurar. "Hay movimiento de talento y de emprendedores que apuestan, pero luego no encuentran ni a las instituciones públicas, ni a los bancos y mecenas empresariales, que aquí poco se mueven. Quien tiene dinero en Mallorca son los grandes empresarios turísticos, que lo que hacen es mirarse el ombligo, salvo excepciones. Si se meten en proyectos de tecnología turística es solo porque tienen la necesidad de adaptar sus propias empresas", analiza Gimena, que como contrapunto ofrece los ejemplos de bancos como BBVA o de instituciones públicas y privadas de Madrid y Barcelona que están impulsando constantemente la iniciativa tecnológica.

El Parc Bit y poco más

"Aquí todo empieza y acaba en el Parc Bit,Aquí todo empieza y acaba en el Parc Bit donde también hay mucho postureo de políticos. Gusta todo lo que huele a tecnología, pero luego falta apoyo económico", sintetiza. Y le dan las razón los propios emprendedores, que se las ven y se las desean para que empresas innovadoras a las que les salen los números obtengan el apoyo financiero imprescindible para desarrollar los proyectos.

El caso de Smach Z vuelve a ser buen ejemplo: despierta el interés de todo el mundo, con una consola llamada a triunfar, pero su financiación al final se canaliza a través de una plataforma de internet. Nada de mecenas locales. Nada de bancos del lugar. Aunque hay excepciones. Sin ir más lejos, hace una semana La Caixa y el Govern hacían públicos los ganadores de este año del premio Emprendedor XXI de Balears, unos galardones primero regionales y luego nacionales en los que empresas de nueva creación y base tecnológica (start up) encuentran recursos y apoyo para dar sus primeros pasos.

Las ganadoras de este año (Discubre, Peter Diving y Ice Wave) son todas de Mallorca. Dos de ellas arrancaron en el Parc Bit, que también aportó el vencedor del año pasado, Travel Compositor, que como muchas nacidas en la isla está ya haciendo negocio en decenas de países. De Mallorca para el mundo. Y cada vez más rápido.

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