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Apuesta por la calidad

Los hoteleros destinarán a reformas este invierno otros 300 millones

El ritmo de inversión baja, pero hay pendientes proyectos de 2014 y 2015 por valor de más de 100 millones - En 2016 se han presentado hasta octubre 86 renovaciones por un montante de 120 millones, que rondarán los 180 cuando acabe diciembre

Un momento de la demolición, este mismo año, del hotel Jamaica, en Magaluf. En los próximos meses se alzará allí un nuevo hotel de Meliá con centro comercial. guillem bosch

Los hoteleros invertirán este invierno hasta 300 millones de euros en reformas. Otros 300 millones. Y con ellos serán casi mil millones de apuesta por la calidad en solo cuatro años: desde que en el año 2012 se aprobó la ley general turística, que permite ganar espacios y habitaciones al elevar de categoría los establecimientos, el sector ha invertido más de 800 millones en renovaciones.

Lo confirman en la vicepresidencia de Turismo del Govern, en la que detallan que entre el inicio de 2013 y el cierre de 2015, en el departamento tramitaron 484 proyectos de reforma, por un valor total de 831 millones. A ellos se suman entre enero y octubre de este año otros 120 millones, en 86 nuevas operaciones de renovación y mejora. Aunque habrá más: si se repite la tendencia de los últimos dos años, en los que en el último trimestre, con el cierre de temporada, entraron siempre proyectos por valor de más de 60 millones, las reformas hoteleras proyectadas durante el 2016 se acercarán a un monto total de 180 millones.

Y a eso todavía hay que sumarle otra bolsa de inversión: según explican los propios hoteleros, este invierno aún se ejecutarán proyectos de zonas de Calvià y de Platja de Palma que quedaron pendientes de 2015, retrasados por los trámites urbanísticos y municipales de los Ayuntamientos de Calvià y Palma, fundamentalmente. Según cálculos del propio sector, las remodelaciones pendientes de 2015 rondan los 100 millones de euros de inversión.

Con todo, la construcción de las islas recibirá encargos por valor de casi 300 millones entre noviembre y el estreno de la temporada 2017, allá por el mes de marzo, toda una inyección de euros que encima coincide con un crecimiento acelerado de la rehabilitación de viviendas (con el alquiler turístico como telón de fondo) y con un repunte de la promoción de obra nueva (con la subida de precios inmobiliarios por el alquiler turístico como germen). Así que la temporada baja llega con una doble buena noticia para la economía y el empleo: el invierno turístico durará menos en este año de cierres retrasados a noviembre y encima será igual de intenso en reformas que en los tres años anteriores.

Y eso que el ritmo de entrada de nuevos proyectos se ha reducido. Los datos de la Conselleria de Turismo son muy claros al respecto. En 2013, el primero de vigencia de la ley turística que regularizaba ilegalidades hoteleras y premiaba las reformas con ganancia de habitaciones y plantas de hotel, entraron en el Govern 92 proyectos de renovación por valor de 92 millones de euros, una cifra que se elevó a 274 millones y 138 reformas en 2014, antes de dispararse en 2015 a 345 millones de inversión en 254 remodelaciones parciales o integrales. Esta vez, entre enero y octubre han entrado en Turismo 86 proyectos por un monto de 120 millones, que cuando acabe el año rondarán los 200 millones en un centenar de inversiones. Y eso es un descenso de la inversión de cerca del 40%.

Ralentización inversora

Con lo que la apuesta por la calidad se modera. ¿Por qué? ¿Es consecuencia del escenario catastrófico enunciado hace un año por la Federación Hotelera, cuando la patronal hotelera hacía campaña contra la ecotasa diciendo que el tributo dinamitaría 800 millones en reformas? Pues podría ser, pero no. En el propio sector lo descartan, exponiendo un argumento racional alejado del calentón contra la ecotasa del año pasado: las reformas están permitiendo elevar los precios ya el primer año tras la subida de categoría hasta en un 30%, que en los siguientes ejercicios lleva a aumentos de rentabilidad como el 65% en cuatro años que registra de media la hotelería mallorquina. “Así que seguimos haciendo reformas porque los primeros interesados en ellas somos nosotros”, resume un hotelero, que se confiesa nada afín al pulso contra la ecotasa que aún mantiene la Federación Hotelera, pese a haberse constatado su nulo impacto en el negocio.

¿Cuál es entonces la razón de la caída de inversión, si no es la ecotasa? Pues hay varias, que coinciden en señalar tanto los hoteleros como el equipo del vicepresident y conseller de Turismo, Biel Barceló (Més). Primera y fundamental: cada vez queda menos por reformar. En los últimos cuatro años se ha remodelado más de la mitad de la planta hotelera de Mallorca. En la patronal sectorial hablan de un 50% remodelado, pero es mucho más realmente: hay 800 hoteles en la isla, y los proyectos de reforma de años anteriores suman ya 484 establecimientos modernizados. Y eso supone que ha habido mejoras cuantiosas en el 60% de los hoteles de una isla con una planta hotelera más que amortizada: nueve de cada diez hoteles tienen más de veinte años y la mayoría están más cerca de los cuarenta que de los treinta. Con lo que el ritmo de inversión se reduce conforme queda cada vez menos por reformar.

Pero hay más motivos para explicar la caída inversora, dicen. Segunda: muchas cadenas han parado nuevos proyectos hasta poder ejecutar los que encallaron en los departamentos de Urbanismo de ayuntamientos como Palma y Calviá, cuya lentitud en algunos casos ha provocado que hoteles con proyecto desde 2014 aún vayan a ser reformados este invierno.

Y tercera (y probablemente más importante) causa de la caída de la inversión: ya no es tan ventajoso renovar los hoteles. El nuevo Govern suprimió en enero algunas de las prerrogativas de la Ley General Turística de 2012, que permitía legalizar sin sanción espacios añadidos ilegalmente a los hoteles durante años y, además, posibilitaba disparar la edificabilidad y sumar plantas y habitaciones a los establecimientos que invertían en mejoras de categoría y calidad. Esos privilegios urbanísticos fueron recortados por decreto ley a principios de este año, contribuyendo a frenar unas reformas que, aún así, rondarán los 300 millones de euros en este invierno, para alivio de la cola del paro y para satisfacción de hoteleros que podrán seguir subiendo sus precios en un verano 2017 que también se prevé de récord.

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