La construcción balear llevaba tres años mostrando incrementos en su inversión, tras la más dura crisis conocida por el sector. Pero esta tendencia parece haberse roto en 2016. Durante los siete primeros meses de este año, la inversión privada en la construcción balear (residencial, turística y comercial, por ejemplo) se ha situado en 547,2 millones de euros, lo que supone un recorte del 18% respecto al pasado año, mientras que el valor de la obra pública durante los ocho primeros meses del presente ejercicio ha sido de 243,1 millones de euros, en este caso con un incremento del 10%. En conjunto, el resultado final es de un descenso del 11% en relación a 2015, sin que desde la asociación empresarial de constructores de Balears se vaticine una reactivación apreciable en lo que queda de año o en 2017.

La mejoría que se ha dado en materia de obra pública durante el periodo enero-agosto de este año respecto al 2015 se debe, en buena medida, al proyecto de electrificación de la red ferroviaria de Manacor, presupuestado en 39 millones de euros, según se apunta desde la patronal de los constructores. Eso hace que la inyección económica procedente de la Comunitat Autònoma haya registrado un apreciable repunte, al igual que la que promueven los Consells Insulars y los Ayuntamientos, pero baja la que llega desde las arcas del Estado, coincidiendo con el largo periodo de Gobierno en funciones.

En cualquier caso, el resultado es positivo en lo que se lleva de año, con el citado incremento del 10%, y además en este caso las perspectivas para 2017 se perfilan favorables debido a la exigencia que ahora tienen los Ayuntamientos de dotar de red de alcantarillado las urbanizaciones de unifamiliares que todavía no disponen de estas infraestructuras.

Todo ello, sin embargo, no debe hacer olvidar que muchos de estos proyectos son adjudicados a grandes empresas procedentes de fuera de las islas, lo que supone que esos beneficios no alcanzan en igual medida a las firmas locales.

Inversión privada

Como se ha indicado, la inversión privada es la que presenta la evolución negativa, ya que sus 547,2 millones de euros en un periodo de siete meses suponen un retroceso del 18% en relación a las mismas fechas de 2015, aunque hay un elemento relacionado con la inversión residencial que hace necesario matizar esta información.

En concreto, la inversión en vivienda entre enero y julio se cifra en 364,6 millones de euros, lo que equivale a un descenso del 20% en relación al pasado ejercicio. Pero esta caída sobre el papel no se ajusta en exceso a la realidad. El problema es que los datos de 2015 incluyeron los visados relacionados con la legalización de viviendas unifamiliares en suelo rústico promovida por la denominada Ley Company, que en la estadística aparecen como nuevas inversiones cuando en realidad eran construcciones ya existentes pero en situación irregular.

La gerente de la asociación de constructores de las islas, Sandra Verger, señala que en la actualidad se está trabajando para depurar estos datos y así tener una fotografía más ajustada de la evolución económica. Aunque la percepción inicial es que más que bajar, la inversión residencial se mantiene en niveles similares a los del pasado año. Las perspectivas para 2017 apuntan a una cierta estabilidad en este campo, aunque comienza a percibirse un incremento en el número de proyectos de viviendas a desarrollar durante los próximos ejercicios.

La inversión en la mejora y reforma de instalaciones turísticas también muestra un debilitamiento. Durante los siete primeros meses de este año alcanzó un valor de 148,8 millones de euros, lo que conlleva un ligero descenso del 1,3% en relación al mismo periodo de 2015, aunque sigue quedando muy por encima de las cifras de 2014. Hay que tener en cuenta que son ya muchos los hoteles reformados, y que se han retirado algunas ventajas que el aumento de categoría conllevaba, como la posibilidad de ganar alturas en las zonas maduras.

El mayor golpe corresponde a la edificación no residencial, como comercios y oficinas, con 33,7 millones de euros entre enero y julio, un 44,8% menos que un año atrás. En este apartado, hay que recordar que algunos grandes centros ya se han concluido, y que actualmente está en vigor una moratoria sobre grandes superficies.