"Aquí estamos muy bien desde el punto de vista de regulación en lo que a comida escolar se refiere. Desde el año 2013 se aplica el documento de consenso sobre alimentación en los centros escolares y Balears fue una de las primeras comunidades que lo hizo. Y en este curso académico se ha empezado a aplicar la regulación sobre el control de los alimentos que se ofrecen en las cafeterías y en las máquinas expendedoras de las escuelas", explica Manuel Moñino, presidente del Colegio Oficial de Dietistas Nutricionistas de Balears (CODNIB) e investigador en CiberOBN del Carlos III.
Así, en las escuelas no se pueden ofrecer ni bollería industrial ni refrescos azucarados, entre otros productos antaño bastante comunes en estos espacios. "En general, no se pueden vender alimentos con más de 200 calorías por porción, más de 7,8 gramos de grasa totales o más de 15 gramos de azúcar", revela Moñino, que sostiene que las escuelas privadas y concertadas son las más refractarias a cumplir esta resolución dictada por la dirección general de Innovación y Comunidad Educativa. "Lo mismo que se les está exigiendo a los centros educativos públicos se les debería exigir a todos", concluye Moñino recordando que estos incumplimientos pueden acarrear sanciones.
