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Política

El Pacto funciona mejor con Rajoy de presidente

Aun con sus continuas tensiones, la amenaza externa del PP afianza el Govern de PSIB, Més y Podemos

Imagen de la bancada del PSOE y Més, en el Parlament.

Solo se puede reconocer en la trastienda, pero la continuidad del PP en el Gobierno de España fortalece la salud del Pacto que gobierna Balears. "Contra Rajoy se lucha mejor", se sincera uno de los protagonistas del tripartito que sustenta al Govern. El enmarañado escenario político que se vive en Madrid tiene su repercusión en las islas, aunque a nadie de los que están hoy en el poder le guste tampoco admitirlo en público, por aquello del centralismo.

En clave local, un Ejecutivo de izquierdas presidido por el socialista Pedro Sánchez hubiera parecido la salida más idónea para PSIB-Més-Podemos. Tras el desenlace de los segundos comicios generales, habría terminando volviéndose en contra. "Con todo lo que está pasando, y los meses que llevamos de retraso en formar nuevo Gobierno, cuando los que entraran empezaran a funcionar ya nos iríamos a mediados del año que viene", explica un cargo socialista.

Además, remacha, "no nos engañemos, ni aquí ni allí hay dinero en la caja", por lo que pocas o ninguna de las reivindicaciones económicas del Govern balear -empezando por la mejora de la financiación autonómica- hubieran fraguado. No por lo menos a tiempo, ya que en 2019 la Comunidad pasa por las urnas. El Gobierno del ahora descabalgado Sánchez acabaría por incumplir las "promesas importantes", ergo defraudando las expectativas generadas y generando a su vez un efecto boomerang perjudicial para la presidenta Francina Armengol. Por todo ello, a ojos del Pacto la continuidad de Rajoy no deja de ser un mal menor hoy por hoy, en vistas a su cohesión interna.

Los recientes desencuentros protagonizados entre Més y el PSOE -los dos partidos que gestionan el día a día y el presupuesto- reflejan un malestar real entre nacionalistas y socialistas por "los viejos modos" de los segundos, a decir de los primeros, que "todavía se creen hegemónicos"; según el punto de vista inverso (del PSOE sobre Més), las discrepancias se deben "al nerviosismo porque sus bases están descontentas". Sin embargo, las constantes refriegas -el ya famoso "ruido"- no llevan camino ni por asomo de una ruptura. Socialistas y Més andan enfrascados ahora en la negociación de las cuentas para 2017. El anuncio de Podemos de que quiere decir la suya antes de, lejos de asustar al Govern, lo refuerza. En el Ejecutivo interpretan que el veto que flotaba en al aire este verano se disipa ahora con los acontecimientos de Madrid. Se considera que Podemos está por la labor de consensuar los números, aunque por el camino deje caer amagos de un boicot como el que hizo en 2015. La estrategia de Armengol de posicionarse abiertamente por un pacto entre Sánchez y Pablo Iglesias le ha hecho ganarse puntos entre los podemistas, que ven a la socialista con otros ojos.

Las discrepancias seguirán siendo la tónica habitual, pero porque el tripartito compite entre sí "para ver quién se convierte en la primera fuerza de izquierdas" aquí, señala la primera fuente citada. No para tensar la cuerda en exceso, y dinamitar el Pacto. A PSOE, Podemos y Més les une evitar servirle el próximo Govern al PP en bandeja. El pragmatismo se impone, aunque sea a costa de un presidente llamado Mariano.

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