Si este verano ha tenido sensación de agobio, vaya preparándose para el de 2030. La Universitat ha elaborado un informe sobre las previsiones demográficas para el archipiélago y la conclusión es que en quince años podrían llegar a juntarse en las islas, entre residentes y turistas, hasta 2,5 millones de personas (y eso sin contar los cruceristas). En la línea de playa, podrían acumularse hasta 25 personas por metro.

Esas son las conclusiones del doctor Andreu Sansó, catedrático de Economía Aplicada de la UIB y decano de la facultad de Economía y Empresa, que ha confeccionado este informe por encargo de la conselleria de Innovación, Investigación y Turismo.

Sansó ha realizado estas proyecciones basándose en los índices de presión humana registrados entre 1997 (primer año en que se comenzó a calcular) y 2015, e introduciendo distintos márgenes de error, aunque como razona el experto en estadística pueden suceder fenónemos imprevisibles que alteren estas predicciones, como un atentado o un terremoto en un destino competidor, lo que desviaría a los turistas hasta aquí; o una noticia negativa sobre el archipiélago, que haría descender nuestras cifras de visitantes.

Según sus cálculos, como mínimo, la primera quincena de agosto llegará a haber 1,4 millones de personas en las islas y como máximo se podrían alcanzar los dos millones y medio de cabezas en el territorio balear.

Este verano se habló mucho de que ya se habían superado las dos millones de personas en Balears, pero el catedrático alerta de que no se conoce qué fuente difundió esta cifra y defiende que es más fiable esperar a que el Institut Balear d'Estadística (IBESTAT) anuncie los datos reales. No obstante, razona que la progresión ha ido en aumento sin interrupción y que aunque no estén los datos de 2016 y él no los haya incluido en su informe, este verano ha habido sobre el territorio insular más gente que nunca. Entre 2000 y 2015, la cifra creció un 30% y de 2016 a 2030 sus cálculos apuntan a un incremento del 24%. Este aumento no se deberá solo al turismo: en los próximos quince años, la población residente crecerá un 33%.

Si llega más gente, pero el territorio sigue siendo el mismo, aumenta la densidad humana: en agosto, podríamos llegar a medio millar de personas por kilómetro cuadrado, lo que sería el equivalente a Corea del Sur. De media anual, la densidad sería como la de El Salvador. En 2015, la media anual de densidad fue de 288 habitantes por kilómetro cuadrado: la misma densidad humana que Vietnam.

Verano es el momento en que se dispara la gente en las islas, que tiende a concentrarse en una zona muy concreta: el litoral. Sansó ha estimado que en quince años la densidad máxima de población por línea de playa en el archipiélago podría llegar a las 15,5 personas. En las playas mallorquinas, se alcanzarían los 25,6 seres humanos por metro de playa.

El catedrático señala que hay otros elementos que aumentan la presión demográfica pero que no han sido incluidos, como los cruceristas, "y en Palma pueden llegar a desembarcar 20.000 personas en un solo día", recuerda; o los visitantes que llegan en barcos privados, "que suponen una presión adicional en la costa y sobre el escosistema marino", añade.

Este índice de presión demográfica es un "indicador directo del volumen de actividad relacionado con la población", esto es, con el consumo de agua y electricidad; la producción de residuos; la congestión de las carreteras; el uso de los servicios sanitarios...

¿Cree el catedrático que las cifras de crecimiento son sostenibles? "No me corresponde a mí decirlo", razona, "yo expongo los datos para que se reflexione y se decida si este es el camino que queremos".