El expresident del Govern del PP Jaume Matas ya ha sido condenado por dos piezas separadas del Palma Arena y tiene pendiente una sentencia por una tercera, la número 25 y la que más trascendencia ha tenido: la relativa a los contratos que su Ejecutivo otorgó entre 2003 y 2007 a Iñaki Urdangarin, yerno del rey Juan Carlos I.

Las condenas son firmes y se dictaron en las piezas 2 y la 6. La primera conllevó una sentencia de 9 meses de prisión para Matas por tráfico de influencias en favor del periodista que le escribía sus discursos más importantes, Antonio Alemany, que también fue condenado en esa misma pieza separada. El expresident del Govern Jaume Matas tuvo que ingresar en prisión al no concederle la sección primera de la Audiencia de Palma la suspensión de la condena, por entender que este caso debía de servir de ejemplo a los políticos corruptos.

El exdirigente del PP intentó sustituir la pena de privación de libertad por una pequeña multa, que el tribunal calificó de irrisoria.

La otra condena firme de Jaume Matas es por el cohecho impropio derivado del elevado sueldo que un hotelero mallorquín pagó a su mujer Maite Areal sin que ésta llegara a trabajar. El empresario justificó la dádiva en que no podía negarse a hacerle ese favor a todo un president del Govern. Los hechos fueron investigados por el juez José Castro en la pieza separada 6 del Palma Arena y fueron enjuiciados por un tribunal popular, similar al que ayer empezó a juzgar a Maria Antònia Munar y otros exmiembros de la cúpula de Unió Mallorquina.

Confesión a medias

La sentencia que tiene pendiente Matas es la del caso Nóos, un fallo que la sección primera de la Audiencia lleva redactando desde el pasado junio cuando acabó la larga vista oral. Matas hizo en el juicio una confesión a medias de los delitos que le imputan el fiscal anticorrupción Pedro Horrach, el Govern y la acusación popular Manos Limpias. El fiscal rebajó de 11 años a 5 años de cárcel la petición de condena para Matas, que vendió su palacete para resarcir al Govern.