La economía balear crece mucho más que la española o la de la zona euro, pero al igual que las anteriores, pierde velocidad, algo que no había sucedido en los últimos tres años, según señaló ayer la presidenta de la patronal CAEB, Carmen Planas, durante la presentación del último informe de coyuntura elaborado por esta organización empresarial. ¿Las claves? La inversión empresarial está rebajando su ritmo, un hecho que en parte se achaca a la situación de incertidumbre política, y además la construcción presenta síntomas de debilitamiento. Por contra, el consumo de las familias y los isleños muestra un comportamiento positivo y se convierte en el principal motor del archipiélago.

Según CAEB, la economía de las islas creció durante el segundo trimestre de este año un 3,7%. Esta tasa resulta muy positiva si se tiene en cuenta que la media española es del 3,2% y la de la Zona Euro del 1,6%. El matiz aparece si se tiene en cuenta que, según los datos de la patronal, el primer trimestre del año se cerró en Balears con un alza del 3,8%, lo que supone una desaceleración mínima (solo una décima porcentual) pero la primera que se registra en los últimos tres años, durante los cuales la evolución económica del archipiélago no ha dejado de ganar velocidad. Para el conjunto del año se vaticina un alza del 3,4%.

En cualquier caso, hay que recordar que este análisis contradice el del Govern balear, que ha cifrado el crecimiento económico del primer trimestre de este año en un 4% y el del segundo en un 4,2%, lo que supone que en su opinión ese ritmo se acelera. En el caso del Ejecutivo autonómico, se espera cerrar el presente ejercicio con un incremento del 4%.

¿Por qué según la patronal la economía balear sigue avanzando pero con un paso un poco más lento? La CAEB señala dos factores principales: uno de ellos es que la inversión se está desacelerando, al crecer un 3,6% durante este segundo trimestre frente al 3,9% del primero, algo que achaca en buena medida a una moderación de la confianza empresarial en un marco de incertidumbre como el actual. Pero además, se señala que esta pérdida de velocidad resulta aún más significativa en un sector como el de la construcción, que ha crecido durante el segundo trimestre un 3,4% cuando en el primero lo había hecho un 4,3%, provocado por el recorte en la actividad que se detecta tanto en el número de proyectos visados como en la licitación de obra pública.

El sector servicios (en el que se enmarca la actividad turística), también pierde ligeramente su velocidad (creció un 3,8% durante el primer trimestre de este año y se ha situado en un 3,7% en el segundo) pero sigue siendo el más dinámico, con un impulso especialmente acentuado en las ramas hotelera y del comercio minorista (este último con el aumento de ventas más acentuado de España).

Más velocidad

No todos los capítulos del informe de la CAEB señalan esa desaceleración. Porque el consumo gana fuerza (crece un 3,8% durante el segundo trimestre del año frente al 3,4% del primero), de la mano del gasto realizado por las familias isleñas y por los turistas. Respecto a las primeras, este crecimiento en el ritmo coincide con un aumento de la confianza, ayudado por el incremento en los ingresos de los hogares (derivado de la mejoría en el empleo) y por unos precios que se han visto reducidos, lo que supone ganar poder adquisitivo. Respecto a los turistas, hay que recordar que su gasto está creciendo a un ritmo del 10,3%.

También la industria gana impulso al crecer un 1,8% durante el segundo trimestre frente al 1,7% del primero.

La conclusión de Carmen Planas es que la evolución económica del archipiélago sigue siendo positiva, pero se está entrando en una nueva fase de mayor madurez, en la que los ritmos de crecimiento se van a ir moderando, en parte por cambios en factores externos, como el encarecimiento en el precio del petróleo.

En este sentido, la presidenta de CAEB insistió en que hay que aprovechar este buen momento para afrontar algunas debilidades estructurales de la economía de las islas, con el fin de elevar su productividad y competitividad.