La Sindicatura de Comptes aconseja al Govern que haga presupuestos más ajustados a la realidad, que eviten graves desviaciones de gasto, acaben con las constantes correcciones sobre la marcha de partidas tan poco variables como la de personal y detengan el recurso sistemático a repercutir en varios años gastos e inversiones del ejercicio en curso, condenando de paso a los baleares del futuro a pagar las deudas generadas por sus padres y abuelos.

Las recomendaciones del organismo, presidido en la actualidad por un reconocido fiscalista y antiguo director general de Presupuestos, Joan Rosselló, se sustentan en el análisis de lo ocurrido en el año 2014, el último ejercicio completo del equipo económico de José Ramón Bauzá. En ese 2014, Balears incumplió el objetivo de déficit, tras gastarse 460 millones que no tenía. De paso se saltaron la ley al vulnerar la regla de gasto: emplearon 3.032 millones de euros, un 6,3% más que un año antes, pese a que como mucho podían elevar el dispendio un 1,5%. El resultado fue que la deuda financiera del Govern (es decir, con los bancos, y sobre todo, con el Estado) se disparó hasta los 7.777 millones de euros en 2014, mucho más que lo autorizado y muchísimo más que lo heredado del anterior ejecutivo en 2011, cuando el endeudamiento balear era de 4.774 millones de euros, 3.003 menos de los que legó Bauzá (que a su vez había recibido mil millones de deuda comercial de sus predecesores).

Y eso sin contar 378 millones de deuda comercial con proveedores, facturas pendientes de pago que legó el Govern de José Ramón Bauzá a los actuales gestores, el ejecutivo presidido por Francina Armengol (PSOE), coaligada con Més (en el Govern) y Podemos (en el Parlament).

El Govern Bauzá tampoco fue fiel a la ley y la ortodoxia financiera en lo que respecta a la prevención de riesgos: la legislación obliga a crear un fondo de contingencia con el que cubrir desviaciones del presupuesto, pero la cifra asignada fue ridícula, apenas 2,6 millones, cuando al final tuvieron que ampliar partidas de gasto por valor de 105,6 millones. La mayoría de ese gasto excesivo fue a parar donde suele, a la sanidad, siempre mal presupuestada y con asignación insuficiente en partidas tan básicas como la de personal o la de farmacia. De hecho, el Govern Bauzá tuvo que aprobar 25 millones adiciones para pagar a farmacias como las que posee el propio Bauzá en Marratxí.

Por todo ello, la Sindicatura de Comptes de Balears recomienda a los gestores del Govern que "elaboren presupuestos iniciales suficientes y ajustados a las necesidades reales de gasto", para evitar así que haya que ampliarlos "de forma recurrente" ejercicio tras ejercicio. Y Govern tras Govern.