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Impuesto turístico

El Govern de la ecotasa no sabe cobrar la ecotasa

Durante julio y agosto, los refugios de Medio Ambiente se han olvidado del impuesto ambiental. Ahora reclaman a los usuarios una transferencia de 50 céntimos

Imagen del refugio de s´Arenalet, uno de los que no han cobrado la ecotasa este verano. govern

­El Govern no cobra su ecotasa: durante todo el verano, los refugios que explota la Conselleria de Medio Ambiente (Més) se han pasado por alto el impuesto ambiental y se han saltado la obligación de aplicárselo a sus clientes. Lo descubren ahora cientos de usuarios de las instalaciones, que están recibiendo en sus correos una notificación para que ingresen en una cuenta bancaria los 0,50 euros por noche y huésped que cobra Balears con el tributo, estrenado en julio, aunque aprobado a finales de marzo.

Según relatan los afectados, el Govern ha ignorado todos los consejos que ellos mismos dieron a los hoteleros y gestores de alquileres vacacionales antes de que entrase en vigor el impuesto, el día 1 de julio: ni en la administración informaron con antelación de la existencia del tributo, como recomendó la Agencia Tributaria del Govern, ni desde la empresa pública que gestiona los refugios, Ibanat, reclamaron el tributo en el momento del check-in, en este caso con la entrega de la llave del albergue. Así que el Govern no escucha al Govern.

El resultado es que la Conselleria de Medio Ambiente se topa ahora con que tiene pendiente de cobro ecotasas por valor de miles de euros, que reclama céntimo a céntimo y huésped a huésped. Con un agravio añadido para el cliente: en la mayoría de las entidades financieras, una transferencia a una cuenta del Govern de 0,50 euros por noche tiene una comisión bancaria más elevada que el propio tributo. El contribuyente paga así doblemente el error del Govern.

La explicación que ofrecen de lo ocurrido es casi tan cómica y rocambolesca como la gestión de la aplicación del impuesto del Govern que no sabe cobrar el Govern. Preguntados por estas cartas de reclamación a los usuarios de refugios, la primera aclaración que se da desde el Ejecutivo autonómico es que no hay personal en los refugios para cobrar el impuesto previamente olvidado durante la reserva. Aunque por suerte para esos clientes que pagan 80 euros por noche de albergue público, eso no es cierto: según cuentan los propios afectados, en las instalaciones les reciben uno o dos guardas forestales, dependientes de la conselleria Medio Ambiente y de su empresa Ibanat.

En los refugios nadie cobra

Esos trabajadores forestales entregan las llaves y la comida (cuando está incluida) y luego al día siguiente vuelven a limpiar el lugar. Lo que no hacen los guardas es cobrar la ecotasa. ¿Por qué? Pues porque todo el proceso de contratación y pago de los refugios se hace por internet, y el Govern no ha sido capaz de improvisar en el año que se pasó diseñando la ecotasa un sistema de cobro presencial del tributo, como el que por cierto sí tienen en toda la oferta de alojamiento privada (por imposición del propio Govern).

Pero hay más. Tras esa primera excusa incierta e insuficiente, la siguiente explicación del Govern a la falta de cobro de su propia ecotasa es que, al hacerse el pago del albergue con antelación y por vía telemática, hubo muchos casos de reservas en los meses de mayo y junio (antes del nuevo tributo) para usar el refugio después del 1 de julio, cuando se empezaba a cobrar el gravamen. Aseguraban además desde el Ejecutivo balear que solo en esos casos de reserva previa a julio se había quedado pendiente de pago el Impuesto de Turismo Sostenible. Pero tampoco eso es así. Para empezar, la nueva ecotasa y su forma de aplicación e importe a cobrar se conocen desde el 30 de marzo, cuando los votos de PSIB, Més y Podemos alumbraron el nuevo impuesto en el Parlament. Pese a ello, en las reservas realizadas desde entonces no se avisa a los clientes de que tendrán que pagar ecotasa, aunque sí se les recuerdan detalles como que deben apagar las luces al salir del refugio, conviene no hacer ruido, es preciso llevar DNI o no se puede comer en las habitaciones.

Y para continuar desmontando al Govern, ni siquiera es cierto que en los refugios solo hayan dejado sin cobrar la ecotasa a quienes reservaron antes de julio para alojarse a partir de julio y con el impuesto en vigor: algunos de los casos documentados por este diario corresponden a reservas realizadas y pagadas en julio y agosto para dormir esos mismos meses. Y la situación es la misma: ni se les cobró ecotasa, ni se les informó de su existencia.

Solo ahora, en septiembre parecen haberse percatado en el Govern de que ellos mismos aprobaron una ecotasa. ¿La van a cobrar ya? Pues tras las explicaciones fallidas iniciales del gobierno de la comunidad autónoma , en la conselleria de Medio Ambiente dan finalmente una explicación veraz y precisa al fallo cometido con un impuesto paradójicamente ambiental: las cosas de palacio van despacio, vienen a decir. Muy despacio, de hecho: aunque el nuevo tributo (junto a la renta social garantizada) es la medida política más publicitada por el Govern en su primer año de acción ejecutiva, "hasta el día 9 de septiembre", es decir, la semana pasada, el Ejecutivo balear no ha tenido "la plataforma de reservas preparada para cobrar el impuesto turístico". Así que no ha cobrado lo que el resto de alojamientos sí reclamaban. ¿Cómo es posible? Pues, nuevamente, porque las cosas de palacio van despacio: la actualización, dicen, dependía de "la Dirección General de Tecnología y la Fundación Bit", ambas dependientes precisamente del vicepresident y conseller de Turismo de la ecotasa, Biel Barceló (Més). Y no se actualizó el sistema de cobro a tiempo.

Barceló le falla a Barceló

Con lo que la realidad alumbra una paradoja risible: el vicepresident que rechazó como excusas sin fundamento las quejas de los hoteleros sobre la premura en la ecotasa, que les iba a impedir adaptarse para cobrarla, es responsable del departamento que hace que el Govern tenga los únicos alojamientos que llegan tarde a la ecotasa. Los hoteleros, de hecho, reiteraron durante un año que era precipitado aplicar el impuesto este verano, con los precios ya cerrados desde hace meses, y alertaron de que daría problemas operativos, pero el Govern y su conseller de Turismo, Biel Barceló (Més), desdeñaron esos avisos, que veían como un intento de ganar tiempo para evitar la ecotasa inevitable. El tiempo le ha dado la razón a Barceló, pero solo en el caso de los hoteleros: pese a los lloros empresariales, la ecotasa se ha aplicado sin ningún problema en la muy competente industria turística local, que solo ha fallado en sus únicos alojamientos públicos, los que gestiona el Govern de la ecotasa que olvida cobrar la ecotasa.

Por el camino, pagan los usuarios, que se toman con humor la exigencia contenida en la carta de cobro atrasado que ahora reciben de Medio Ambiente, en la que se les urge a que paguen los 0,50 euros de impuesto "lo más rápido posible". Otra paradoja chistosa: el Govern de la ecotasa pide así que les paguen rápido el impuesto que han sido los más lentos en aplicar.

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