"No somos una entidad privada que que se recluye en ella misma", sentencia sobre la Iglesia el nuevo administrador apostólico de Mallorca, monseñor Sebastià Taltavull. El obispo auxiliar de Barcelona llega a Mallorca con un mensaje muy diferenciado al de su antecesor: "La verdad es que lo hago con todo el amor de lo que soy capaz, pero también con el temor de tener que responder a los retos que en estos momentos se nos presentan", afirma en una carta de presentación a sus nuevos feligreses.

"Quiero hacerlo bien", asevera rotundo Taltavull, quien cita hasta en cuatro ocasiones al papa Francisco en su escrito, y también a Ramon Llull. Su voluntad es ejercer el ministerio de pastor "sin ser exclusivo ni excluyente", dice, y se muestra "preocupado" por cómo "influir positivamente" como cristianos a los laicos "con quien compartimos valores, sentimientos, convicciones y opciones".

Del turismo a la violencia

La misiva de Taltavull desprende un intenso contenido político, que abraza desde los parados al negocio turístico, y en él desliza su deseo de involucrarse a nivel social. "Arraigados a nuestra sociedad mallorquina -enfatiza-, nos preocupa todo: la educación, la sanidad, la falta de trabajo, el ámbito de los jóvenes y de las familias, la indiferencia religiosa, las diferencias y la exclusión social, la violencia verbal y física, la preservación de los espacios naturales, el fenómeno del turismo, el compromiso político y la necesidad de diálogo constructivo, los agentes económicos, el mundo mediático, de la universidad y la cultura". También, concluye, "cualquier irresponsabilidad propia y ajena...", en lo que puede interpretarse como una alusión velada al final accidentado de Javier Salinas. "Disculpad que vaya tan directo al grano", dice Taltavull, "pero es urgente que seamos fieles al mensaje que tenemos que comunicar y a los gestos que lo tienen que hacer creíble".

Consciente del mal momento que vive la diócesis que le ha tocado regir, Sebastià Taltavull recalca que "cuando un miembro sufre, todo el cuerpo sufre con él y lo pasa mal". "De toda ocasión tenemos que sacar el bien", recomienda Taltavull no instalarse en la desazón.