Si es solo el padre quien desea que su hija menor celebre la comunión, frente a la oposición de su exmujer, tendrá que ser él quien sufrage los gastos que genera la celebración de este acto religioso. Tendrá que pagar todas las facturas de la primera comunión, como es la compra del vestido de la niña y la posterior fiesta familiar. Sin embargo, la madre no podrá mantenerse al margen. El juez la obliga a la mujer a acompañar a la niña, cuando la tenga en su compañía, a las clases de catequesis, que se celebran los viernes por la tarde.

En la misma sentencia, además, también se establece que será el padre quien decida en los próximos dos cursos si la niña estudia Religión u otra asignatura.