Si una cosa quedó clara ayer de la primera comparecencia ante la prensa de Sebastià Taltavull es que no tiene miedo a exponer su pensamiento en público. "La dignidad de la personas es lo primero", sentenció el nuevo administrador apostólico de Mallorca.

"Tenemos que trabajar en medio del pueblo", defendió una Iglesia inmersa en la problemática social mayoritaria. "La preocupación del pueblo es nuestra preocupación, y mi preocupación", enfatizó. Taltavull dijo sentirse "totalmente" identificado "con la lengua y la cultura baleares", en referencia al catalán, ya que "las tradiciones de un pueblo configuran su identidad". "La identidad fundamental viene de la lengua", sostuvo el prelado, señalando que "Mallorca es un ejemplo de acogida" a gente de todas las nacionalidades.

Como consecuencia de "este fenómeno", dijo, "por la calle no oyes hablar mallorquín", algo que le llama la atención pero que "también ocurre en Barcelona".

Precisamente de sus once años como auxiliar de la diócesis catalana, Taltavull se posiciona a favor de que la Iglesia "acompañe a la gente en el proceso" soberanista catalán, y "ayude a que la reflexión se haga democráticamente, por el bien del pueblo". Eso sí, Taltavull considera que la Iglesia catalana "no puede tomar una decisión de partido", sino solo "ir detrás del pueblo, seguirlo como el pastor sigue a su rebaño". El obispo aseveró que "cuando en la Historia la Iglesia se ha posicionado con un partido, no lo hemos hecho bien, hemos podido fallar". Apostilló que "todos tenemos nuestra opción política", pero como institución no hay que pronunciarse, insistió.