­"Todavía hay centros de enseñanza caprichosos a la hora de exigir el material escolar a sus alumnos, pero por suerte cada vez son menos", según ponen de relieve el presidente y la vicepresidenta de la federación de padres de alumnos (Fapa-Mallorca), Vicenç Rodrigo y Cristina Conti, respectivamente.

En este sentido, se recuerda el caso de un centro mallorquín que al inicio del curso pasado llegó a exigir cajas de rotuladores de 20 colores a niños de cuatro y cinco años. Según apuntan ambos representantes de la citada organización, todavía se pueden encontrar algunos casos similares en Mallorca, pero su cifra desciende "porque por suerte cada vez hay más conciencia del esfuerzo económico que las familias deben afrontar y de lo absurdo que resulta demandar un material que en algunos casos ni siquiera se llegará a utilizar", según subraya Rodrigo.

En cualquier caso, Cristina Conti defiende una mayor implicación de colegios e institutos a la hora de ayudar y dar a conocer a las familias las ayudas públicas a las que pueden acceder para conseguir materiales y libros, y defiende la necesidad de conseguir "que ningún niño sienta vergüenza por no poder llevar a clase el material que necesita".

En este aspecto, la vicepresidenta de Fapa-Mallorca reconoce que las organizaciones no gubernamentales no están en disposición de cubrir toda la demanda que reciben. Como ejemplo, apunta que si una familia pide mochilas y material a Montesión Solidaria para uno o dos hijos, se le facilita, pero cuando ya es para tres o cuatro, se deja a uno de ellos sin atender, y se pide a los padres que se impliquen en conseguir el lote que falta.

"Los padres lo entienden perfectamente y casi nadie se queja, porque el hecho de ver cubiertas buena parte de sus necesidades hace que se vayan contentos", apunta Cristina Conti.