Javier Salinas, destituido como obispo de Mallorca el pasado jueves a raíz de una supuesta relación sentimental con su secretaria, se ha despedido hoy de la diócesis con una misa en la catedral de Palma.

Salinas, a quien el marido de su secretaria acusó de romper su matrimonio, ha presidido el oficio religioso al que han asistido 150 presbíteros y centenares de religiosos y laicos, según ha informado el Obispado en una nota de prensa.

La institución subraya que la ceremonia ha estado "marcada por el agradecimiento mutuo del pueblo hacia quien ha sido su pastor durante casi cuatro años".

En su homilía, Salinas ha hecho referencia a que el acto suponía "un punto en el camino" en su historia personal y en la de la comunidad católica mallorquina.

Después de la misa, en el palacio episcopal situado junto a la catedral, el obispo auxiliar de Barcelona, Sebastià Taltavull, ha leído ante el colegio de consultores el nombramiento por el que el papa Francisco le designó administrador apostólico de la diócesis tras el relevo del obispo cesado.

El jueves el Vaticano comunicó en una nota oficial el relevo de Javier Salinas y su traslado como obispo auxiliar a Valencia.

El obispo destituido se convirtió en centro de polémica en diciembre de 2015 cuando el marido de una colaboradora denunció la presunta relación entre su esposa y el prelado, quien siempre ha negado la relación sentimental.

El prelado sí reconoció que había intercambiado los anillos con su secretaria, pero no por un vínculo amoroso sino como un gesto en el marco de un grupo de oración formado por ambos.