La playa de Es Molinar vivió ayer una mañana reivindicativa contra la masificación del turismo. El autor de la acción fue el artista portugués Hugo Israel, quien representó sobre la arena su nueva obra, Baleares, ¿paraíso asfixiado?.

De esta forma, Israel pretende hacer un manifiesto sobre la "mala gestión del turismo" que se está produciendo en las islas. Lo hace presentando en la arena del barrio palmesano una quincena de toallas extendidas en la playa, sin descuidar detalles como una sombrilla, una silla plegable, un cocodrilo hinchable o la clásica nevera portátil. Esta escena sorprendió a algunos de los paseantes hasta el punto de que llegaron a creérselo y unos pocos protestaron por la ocupación de una parte significativa del lugar.

Con estas 15 toallas tendidas quiere simbolizar la amenaza del turismo de "asfixiar las playas". A su vez, esto afecta al "delicado ecosistema de las islas" y acaba con el equilibrio entre "el positivo auge del sector turístico y su sostenibilidad a nivel ecológico y humano". Así, reclama que haya "una mayor regulación y control del turismo para proteger los recursos naturales".

Para evitar estos problemas, Israel sugiere poner un techo al número de visitantes que llegan a Mallorca, lo que supondría, según su argumentación, una apuesta por "un bienestar" tanto para turistas como para los mismos residentes que permitiría que "la isla no se vaya deteriorando".

Entre las quejas de este artista, de origen portugués, figuran la carencia de infraestructuras para recibir a los millones de turistas que pasan por Mallorca. Además, "los recursos naturales como el agua están escaseando en las islas".

También destaca que hay una "zona olvidada" como es s'Arenal. En los años 60 "empezaron a levantar hoteles y la gente no tuvo opción". Y ahora hay problemas con las borracheras, la prostitución o el sexo en la misma playa, narra Israel. "Si hicieran botellón en el casco antiguo no lo permitirían", subraya.

La amenaza del 'todo incluido'

Otro de los problemas que señala es el de "la pulserita", es decir, el 'todo incluido' en los hoteles. Asegura que hay un abuso de esta práctica, que se extiende a los clientes, quienes se quedan en el bar del mismo establecimiento "con sus cócteles".

La inspiración surgió tras un trabajo de incógnito en un hotel de Menorca, donde estuvo infiltrado durante una semana y media. Allí experimentó las malas condiciones laborales e incluso llegó a recibir una parte de su sueldo en negro. Precisamente uno de los problemas que ve en el turismo es el "económico, el capitalismo". "El dinero se lo quedan tres o cuatro" personas, lamenta Hugo Israel, ya que "explotan a los trabajadores". Además, solo tienen ese empleo durante unos meses, y el resto del año lo pasan en el paro, uno de los hechos que provoca la estacionalidad y de los que se queja el artista.