El hasta ahora obispo de Mallorca, Javier Salinas, señala que la decisión de dejar el cargo se ha tomado "mirando lo mejor para la diócesis".

En una carta de despedida que publica la web del Obispado, Salinas afirma que ha sido él quien "libremente, después de haber orado al Señor y asistido por el consejo de personas de criterio humano y eclesial", ha decidido ser trasladado, "mirando lo mejor para la diócesis". El prelado obvia que ha sido el Vaticano que le ha forzado a irse, degradándole como tercer obispo auxiliar de Valencia.

En su misiva de adiós, Salinas también pide "disculpas si con algún defecto mío he ofendido a alguien o le he dado motivos de preocupación". Agradece que el Papa le haya confiado un nuevo encargo, y pide a los fieles mallorquines que, "en plena conciencia de que Dios misericordioso es quien nos perdona y renueva", les ruega que le acompañen "con la oración en esta nueva etapa de mi ministerio episcopal", concluye.