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Aventura nórdica

Profesora en la cima de la educación

La mallorquina Lilian Merchán imparte clases en Finlandia, un sistema que llama la atención de medio mundo

Una aventura nórdica arriesgada: ser profesora en uno de los sistemas educativos más prestigiosos del mundo. Un episodio en la vida de la mallorquina Lilian Merchán que empezó hace casi cuatro años en Finlandia. ¿El truco para aclimatarse a un país tan distinto? "Mi madre es finlandesa y sabía el idioma, así que medio camino ya estaba recorrido", afirma. Además, ya vivió durante cinco años allí, por lo que no le resultó tan chocante. "Me di un plazo de un año para adaptarme. Y aquí sigo", explica. Así consiguió introducirse en un sistema educativo que ha despertado el interés de medio mundo.

A pesar de todo, Merchán asegura que lo suyo fue "suerte". "Creo que estuve en el lugar y en el momento adecuados", sostiene. En su primera experiencia, la contrataron por un año cuando el curso ya había comenzado. Y la aventura se prolongó otros dos. "Cuando mi contrato estaba a punto de acabar, eché currículos en todos los colegios de la capital", y antes de finalizar ya tenía un nuevo puesto de trabajo. Su tarea docente es formar a los alumnos que tienen necesidades especiales.

Los profesores son una parte muy importante de la educación finlandesa. "Aquí se cree que a los trabajadores hay que cuidarlos", comenta Merchán. En contraposición, recuerda el caso de una conocida de España, también profesora: "Tengo una amiga que después de diez años siendo fija discontinua, el año pasado no le renovaron". Además, se queja de que en España hay gente que acaba quemada antes de cumplir 40 años. Por otra parte, la selección del profesorado es muy cuidadosa: solo el 12% de los estudiantes que cursan la carrera de Magisterio acceden al grado, según el Ministerio de Educación finlandés.

Otro de los puntos clave es lo que Merchán llama "cultura de la honestidad".

"No hay inspecciones, nadie viene a decirme cómo debo impartir mis clases", observa. Estos controles se abolieron a principios de los años 90, confirma también el Ministerio de Educación. Tampoco hay control en cuestiones de horario. Sus horas lectivas son 24 a la semana, y las 16 restantes las dedica a la planificación. Estas últimas las puede hacer donde quiera. "Nadie viene a contarte las horas, se cree que todo trabajador cumple con sus deberes".

En cuanto a los alumnos, empiezan las clases entre las ocho y las diez de la mañana. Tras cada hora, los niños tienen diez minutos de descanso. "Se promueve que los alumnos siempre vayan al patio a airearse", comenta Merchán. Como tarde, vuelven a casa a las tres de la tarde, si bien los más afortunados ya habrán salido a las doce. "Cuanto más pequeños son, menos horas lectivas tienen".

¿Crisis?

Sin embargo, no es oro todo lo que reluce. Tras los resultados en el informe PISA de 2012, hubo una cierta crisis educativa en Finlandia por una bajada en la clasificación. En 2009 estaba entre los tres primeros del mundo, solo superado por Shanghái y Corea del Sur. Al cabo de tres años, cayeron en picado, lo que ocasionó preocupación en el país. Los números rojos fueron especialmente llamativos en Matemáticas: de una edición a otra perdieron 22 puntos (de 541 a 519). Eso sí, aún se mantenían por encima de la media de la OCDE (494). España, en la misma materia, tiene una calificación todavía peor, de 484.

Ante esta situación, se impulsó una reforma del currículo educativo. Merchán asegura que "hay mucho profesor de la vieja escuela que no cree" en los cambios, ya que "hacen tambalear los cimientos de lo que se ha hecho hasta ahora". En cuanto a las modificaciones, suponen que "el profesor deja de tener el papel principal para dar más libertad al estudiante. Ahora es el alumno quien, mediante diferentes herramientas de investigación, ha de hallar las respuestas", concreta la profesora mallorquina. Por otra parte, recuerda que "la sociedad finlandesa ha cambiado enormemente en los últimos 20 años". Por ejemplo, ahora es normal que las aulas tengan niños con padres de diversas nacionalidades. Por eso, "hay que hacer mucho refuerzo en lengua y no todos los colegios pueden ofrecer los recursos que el alumnado necesita".

Lilian Merchán asegura que le gustaría volver a Mallorca. Sin embargo, "hay cosas que me frenan, como las condiciones laborales o la conciliación familiar", admite. De momento, no se cierra las puertas a lo que pueda pasar en los próximos años.

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