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Saturación

Los hoteles de la isla son los que más exprimen a sus plantillas en este verano

La contratación crece por tercer año consecutivo, pero la carga de trabajo avanza con fuerza y deja a los empleados de Mallorca como los más explotados

Mallorca bate récords este verano, incluso de empleados: nunca hubo tantas personas trabajando en la isla. b. ramon

La riqueza del turismo no se está trasladando a las plantillas: continúa concentrándose en las manos de unos cuantos empresarios. No lo dicen los sindicatos esta vez. Ni siquiera los partidos de izquierda, o el conseller de Trabajo del Govern del Pacte, Iago Negueruela, que sostiene esa idea cada vez que presenta datos de paro o de crecimiento económico. Esta vez la afirmación emana con claridad de los propios números oficiales del Instituto Nacional de Estadística, que en su última Encuesta de Ocupación Hotelera y en su informe de rentabilidad del sector documenta el fenómeno. Y con profusión de datos, que dicen, por ejemplo, que la rentabilidad de los hoteles de las islas (medida en precio medio) se ha disparado un 62% en los últimos cinco años, mientras las plantillas crecían un mucho más modesto 12%. Con lo que la riqueza empresarial avanza cinco veces más deprisa que la social, para desgracia de una isla en la que la saturación no se ve compensada con progreso compartido.

La explicación hay que buscarla tanto en el éxito desaforado del destino, como en la avaricia del empresario. En la Mallorca del abarrote veraniego los hoteleros llevan tres años seguidos mejorando las plantillas, pero por el camino crece con fuerza la entrada de viajeros en sus establecimientos, que encima pagan precios mucho más altos. La combinación de esos tres factores hace que la rentabilidad se multiplique, la caja empresarial rebose y las plantillas sigan con la lengua fuera. Si se compara Mallorca con el resto de destinos españoles, se observa que los empresarios contratan casi exactamente el mismo número de empleados por plaza de hotel que en el resto de destinos turísticos. Así que se cubren las espaldas tanto como cualquier hotelero mediterráneo o canario. Pero sus trabajadores sudan más la gota gorda. La diferencia viene de la avalancha de turistas posterior, que los hoteleros isleños no cubren con refuerzos adicionales de plantilla, ya sea porque no saben (mala gestión), ya sea porque prefieren ganar más exprimiendo a los mismos trabajadores (avaricia). El caso es que cuando lo que se compara es la carga de trabajo por empleado hotelero, Mallorca lidera la explotación laboral.

La explotación, por zonas

Lo ocurrido este julio es esclarecedor. Los hoteles asumieron en la isla 7.718.607 pernoctaciones de viajeros, a los que atendieron 39.393 empleados. Es decir, a cada trabajador le tocaron de media 196 pernoctaciones, la carga laboral más elevada de todo el panorama español, un 35% más de esfuerzo que el que hace este verano el empleado hotelero medio del resto del turismo nacional. Si se entra más al detalle, es fácil localizar los puntos más calientes de la explotación, que coinciden con los más abarrotados y rentables, claro. En la zona de Palma y Calvià se alcanza el mayor volumen de trabajo por empleado de todo el turismo español: 234 pernoctaciones por trabajador y mes, una burrada, sobre todo si se observa que es casi el doble de faena que en Tenerife o Gran Canaria, por citar las otras dos islas que este verano están reventando sus máximos turísticos. Muy cerca del nivel de explotación de Palma y Calviá están los hoteles de la localidad de Sant Llorenç: en Cala Millor, Sa Coma o s´Illot tocan a 233 pernoctaciones por empleados, que se rebajan a 221 en Capdepera, y caen a menos de 200 en el resto de España.

Así que el éxito turístico sin precedentes de los destinos de Mallorca alegra sobre todo los bolsillos de los inversores hoteleros. Nadie está más lleno, nadie explota más a sus trabajadores. Y todo en la isla más rentable, en la que se ha pasado de cobrar 73 euros por noche en 2011 a pedir 109,9 este verano, una subida del 51% que deja a los hoteles de Balears como los únicos del panorama nacional en los que la tarifa media supera los 100 euros por noche. Y lo mismo con la rentabilidad por cada habitación hotelera, que se dispara cinco veces más de lo que crecen las plantillas que lo posibilitan. Con lo que la isla más rentable para los hoteles es a la par la que más exprime a sus plantillas.

"Faltan 20.000 trabajadores"

De ahí el mosqueo sindical. Y las campañas de inspección laboral impulsadas por el Govern en los últimos dos veranos, tratando de presionar lo suficiente a las empresas como para que sean más generosas con sus empleados. ¿Lo logra? Pues la cosa está mejor, pero no mucho. Este verano hay 2.316 empleados más en los hoteles de Mallorca, pero como han llegado más turistas que nunca siguen trabajando a la carrera. "Es que la contratación no va en consonancia ni con el volumen de trabajo ni con lo que está creciendo la rentabilidad de los hoteles. Las empresas no quieren crear más empleos, por eso generan puestos insuficientes, y justo cuando más dinero están ganando", resume Ginés Díez, responsable de Turismo de CC.OO. Balears, que ofrece otros dos datos para apuntalar su afirmación: este verano la rentabilidad por habitación es un 12,7% superior a la que se registró en 2015, pero las plantillas han crecido un 4%. "Y así no alcanza", dice, ni siquiera cuando Balears ha alcanzado esta temporada su mayor número de trabajadores contratados a la vez. "El cálculo que hacemos en Comisiones y en UGT es que hacen falta como mínimo 20.000 trabajadores más para cubrir la carga de trabajo de este año".

Pero los hoteles han creado 2.316 empleados, que son, por cierto, la mitad de los que la patronal hotelera mallorquina aseguró que se crearían este verano. Lo recuerda Ginés Díez, que afea la injusticia social que hay detrás del escaso aumento de plantillas: "Los empresarios no quieren ir por esa vía. Les va bien ganar más sin contratar todo lo necesario. Y no depende de las categorías: el 95% de los hoteles están en situación de exceso de carga de trabajo, da igual las estrellas que tengan". El sindicalista arremete así contra otro mantra hotelero: que gracias a la inversión en hoteles de cuatro y cinco estrellas habrá más empleados, con plantillas más holgadas y mejor pagadas, al tiempo que se eleva la facturación. Y quizá algún día sea así, pero de momento, de toda esa fórmula lo único que realmente constatan los datos es lo último: que la facturación se eleva.

En la Mallorca del abarrote sin precedentes el dinero se sigue concentrando en las manos precedentes.

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