La escasez de plazas residenciales para dependientes en Mallorca vuelve a hacer entrar en escena el antiguo complejo hospitalario de Son Dureta. Según la consellera de Servicios Sociales del Govern, Fina Santiago, habilitar una nueva residencia en Son Dureta es "una posibilidad" que el Govern ahora "debe abordar".

Preguntada ayer por los medios por la opción de aprovechar el antiguo complejo hospitalario de Son Dureta, sin ninguna actividad desde la apertura de Son Espases en 2010, para hacer frente a la elevada demanda de plazas residenciales, la consellera Fina Santiago admitió que habilitar en sus instalaciones una nueva residencia "es sin duda una posibilidad" y explicó que es un tema que ahora "el Govern debe abordar".

Santiago valoró las instalaciones del antiguo hospital como "espacios buenos para aprovecharlos y construir plazas residenciales". Según la consellera, se podrían habilitar ahí 140 plazas. Las residencias de Balears suelen contar de 120, pero por el espacio de Son Dureta podrían aumentarse. No obstante, desde la Conselleria descartan una "macrorresidencia" y sólo se utilizaría uno de los edificios del complejo. "Es una necesidad clara y podría cuadrarse una residencia. Es un tema que el conjunto del Govern debe abordar, pero sí, es un espacio adecuado", valoró la titular de Servicios Sociales del Ejecutivo autonómico.

No obstante, como insistieron desde la Conselleria, todavía no existe un proyecto concreto y es sólo una posibilidad que el Govern pondrá sobre la mesa para explorar. Por ahora, el principal obstáculo para materializar estos planes, como reconoció Santiago, es que la titularidad de Son Dureta no es del Govern sino del Estado. De este modo, para iniciar este proyecto se requeriría de la autorización del Gobierno central, propietario de las instalaciones.

La necesidad de recurrir a esta infraestructura surge por la necesidad del Govern de nuevas residencias ante las largas listas de espera. Según Santiago, harían falta al menos ocho residencias en Balears, 6 en Mallorca, para satisfacer la demanda de plazas. Sólo en Mallorca, 1.000 dependientes esperan sitio en una residencia.

De momento, como informó Diario de Mallorca, el Govern tiene previsto incluir en los próximos presupuestos del archipiélago una partida económica para afrontar la construcción de al menos dos nuevas residencias en Palma -donde con 569 solicitantes se concentra la mayor parte de la demanda-, con un coste de 8 millones de euros. Más allá de estos proyectos, que empezarán en 2017, la Conselleria de Servicios Sociales quiere financiar esta legislatura todas las residencias necesarias.

Promesa electoral

La rehabilitación del complejo de Son Dureta fue una promesa electoral de la actual presidenta del Govern, Francina Armengol. Durante la campaña previa a las últimas elecciones autonómicas, la líder socialista se comprometió a "devolver las instalaciones de Son Dureta al ciudadano" como centro sociosanitario, residencia y centro de salud mental. En aquel momento, se habló de la posibilidad de acoger 200 plazas dedicadas a las personas con dependencia. La medida fue incluida en los acuerdos de gobernabilidad que suscribieron PSIB, Més y Podemos como hoja de ruta para la acción política de esta legislatura.

El candidato del PP y ahora senador José Ramón Bauzá también prometió, tanto en la campaña de 2011 como en la de 2015, convertir Son Dureta en un centro sociosanitario y residencia.