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Saturación en Son Sant Joan

Un apagón atasca el aeropuerto en una de las noches de más tráfico del verano

La pista norte, la que se estaba utilizando para aterrizajes, se quedó sin luces en un momento en el que cien vuelos se dirigían a la isla

El aeropuerto más rentable del Estado se quedó sin luz en una de las noches de mayor actividad aérea de este verano de saturación turística y récords de vuelos. Ocurrió el sábado, cuando una fallo en la central eléctrica provocó un apagón en la pista norte, que se estaba utilizando en ese momento para aterrizajes, debido a las condiciones de viento imperantes. En el instante de la caída de tensión había cien aviones rumbo a Palma, que sufrieron fuertes demoras.

Los retrasos afectaron a toda la actividad del aeropuerto. En una situación así, los gestores de la terminal dan prioridad a los aviones que están en el aire, que en el momento del apagón se quedaron sin pista para aterrizar. La operativa se trasladó a la otra pista, que estaba siendo empleada para los despegues. Con lo que la salidas fueron paralizadas durante casi una hora, entre las ocho y las nueve de la noche, mientras se reordenaba el tráfico en el aire y empezaban de nuevo los aterrizajes.

Para acabar de complicar la situación, los gestores del tráfico aéreo tuvieron que poner a los aviones a tomar tierra en una pista que "en teoría no admite aterrizajes". ¿Por qué? ¿Por seguridad? Qué va: porque cuando se aterriza en esa pista, los vecinos de Can Pastilla se quejan (con razón) del ruido estruendoso que deben soportar, con lo que la empresa en un 51% pública que explota los aeropuertos (AENA) prefiere evitar el conflicto y seguir haciendo caja con el aeropuerto que más beneficios le da. "Es todo un despropósito", se queja un profesional del aeropuerto.

Le dan la razón otros especialistas del aeropuerto, que aseguran que este verano los profesionales de Son Sant Joan y su centro de control están alcanzando un nivel de estrés y saturación nunca visto. "Pero en AENA da igual, porque seguimos sacándolo adelante, incluso con menos personal en algunos casos. El sábado los técnicos reaccionaron de forma fantástica para reparar el problema eléctrico. Y también los controladores que estaban de turno, que solventaron la situación en tiempo récord, conscientes de la gravedad. La solución se complicaba además porque los aeropuertos de Menorca y Eivissa también están al límite, con lo que es difícil derivarles tráfico. Los profesionales son los que están evitando este verano problemas aún mayores por la carencia de personal y por los excesos cometidos en la planificación", relatan fuentes de Son Sant Joan, que subrayan además que "ni mucho menos" es normal un fallo eléctrico de estas características.

"Nada que comprometa la seguridad es normal, por mucho que este verano lo parezca porque estemos viendo muchas situaciones que eran inaceptables en el pasado", abunda una profesional del centro de control. Recuerda por ejemplo que la saturación del aeropuerto es tal que en algunos momentos se están viendo obligados a sacar a los aviones a rodar por las pistas o mandarlos al aire para solucionar la falta de espacio de estacionamiento de aeronaves, que impide que nuevos vuelos puedan embarcar y desembarcar pasajeros, y dispara los retrasos.

Aviones con origen y destino Palma, el sábado, a las ocho. flightradar24

En el episodio del sábado, la pérdida de las luces de la pista norte se vio agravada por la especial intensidad del tráfico aéreo. Este verano Son Sant Joan ha batido seis veces la cifra máxima de vuelos en un día del año pasado, cuando se alcanzó el anterior récord histórico. Casi siempre el nuevo máximo llegó en sábado. Y este fin de semana de agosto no fue una excepción: el sábado operaron en Son Sant Joan 1.061 vuelos, con capacidad para 181.196 pasajeros, muy cerca del récord de 1.096 operaciones alcanzado en un sábado de julio. Solo que esta vez se fue la luz, algo que en algunas aerolíneas achacan a la falta de inversiones de AENA en el que es su aeropuerto más rentable: le está dejando al Estado y a los grandes inversiones privados que se hicieron con el 49% de las acciones por un valor que se ha doblado en un año, un beneficio anual superior a los 150 millones de euros, de los que apenas 50 revierten de media en la terminal mallorquina.

Aeropuerto congestionado

Mientras tanto las demoras se incrementan. Aún más. Que ya es decir. Para este verano AENA, que vive de las tasas de operación de los aviones, ha permitido la programación en Mallorca de 150.970 vuelos, uno cada dos minutos. Y un 16% más que el año pasado, cuando Son Sant Joan batió todos sus registros de movimientos y de negocio. La consecuencia directa es que se están viviendo picos (sostenidos durante horas) de más de 100 vuelos por hora, cuando el plan director del aeropuerto habla de una capacidad máxima de 66. De ahí el atasco constante, que muestra su cara insostenible cuando falla algo, como el sábado. Según profesionales de las aerolíneas y técnicos del aeropuerto, la combinación de exceso de presión turística con falta de personal y con los problemas de capacidad de un aeropuerto ya al límite están detrás de los datos que hicieron de Son Sant Joan el aeropuerto de tamaño medio más saturado de Europa: tanto en junio como en julio el 41,4% de los vuelos de Mallorca sufrieron un retraso de más de quince minutos, muy por encima del 32% de media. Y eso en días en los que funcionan las luces de la pista de aterrizaje.

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