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Turismo

Mallorca seguirá llena en septiembre y se prepara para un octubre más fuerte

Los hoteleros afirman que el mes que viene será el mejor de la mejor temporada - La ocupación superará el 90%, algo por encima del año pasado

Turistas abarrotan el centro de Palma, en una imagen de este agosto.

"Septiembre hace tiempo que es uno de los mejores meses del año, y esta temporada lo esperamos aún más fuerte". Los empresarios del alojamiento están contentos. Tras el lleno histórico de agosto, el abarrote seguirá en septiembre. Que encima será el mejor mes de este verano, marcado en julio y agosto por cifras máximas de viajeros y de euros facturados. Y la racha sigue. En septiembre, dicen, habrá una ocupación ligeramente más baja que la de las semanas centrales del verano, pero con un valor añadido que hará del mes que viene el mejor de esta temporada, la más lucrativa para el negocio: el turista del mes que viene gasta más. "Es sin duda el mes más rentable del año. Ojalá hubiera más así", resume Francisco Marín, presidente de los hoteleros de Platja de Palma, que se prepara para el mejor mes de la mejor temporada. Casi nada.

"A esas alturas del verano ya han pasado por la isla las familias, que vienen de vacaciones con el dinero más justo. En septiembre en cambio se ven más matrimonios y parejas, que viajan con más presupuesto para restaurantes, bares, comercio y ocio. Gastan más, claro", explica Antoni Mayol, presidente de los hoteleros de Peguera, que analiza la temporada en clave de destino, no solo de sector hotelero, y cree que está siendo un gran año para todas las ramas, que vivirán septiembre con la guinda del mejor pastel. "Por eso en Peguera hacemos el día del turista en septiembre", enfatiza Mayol, en referencia a que llevan años trabajando para alargar la temporada alta.

Y lo están consiguiendo. De hecho, por ahí llegan también buenas noticias para algunos destinos de Mallorca: al buen septiembre le seguirá un octubre que se presenta igualmente fuerte. Y largo, dice Mayol. "Los que cierran en octubre cada vez lo hacen más tarde y los que se mantienen hasta el 15 de noviembre están muy contentos, lo hacen muy bien y mejoran cifras". Por lo que cada vez son más los que se animan a pelear el negocio en el mes de noviembre.

Otoño de lleno

Las cifras de reservas acompañan a las percepciones. Los números del otoño ya son magníficos a estas alturas. En la primera semana de septiembre está reservado el 92% de la oferta de empresas de venta web como la líder del mercado Booking, que detalla además que de sus casi 4.500 opciones de alojamiento en Mallorca en la segunda semana de septiembre está colocado el 88%. Como en julio y agosto, vaya, porque aún faltan quince días de ventas, que llevarán la ocupación cerca del 100% de los meses centrales. Que cada vez duran más. Lo ratifican de nuevo en Booking, que para la tercera semana de septiembre cuenta ya con un 79% de sus camas reservadas, tasa que aún aguanta en el 75% en los últimos días del mes y el principio de octubre. Fuera de los hoteles, en AirBNB ofrecen datos similares para su catálogo de alquiler turístico legal e ilegal: las reservas ya superan el 80% de las plazas disponibles durante todo el mes septiembre, una tasa de ocupación que ronda ya el 70% todo octubre. Y para completarlo aún faltan dos meses de ventas.

Así que al turismo mallorquín le salen las cuentas. "El mes de agosto está claro que está siendo aún mejor que el año pasado y el resto del verano marchará igual. En nuestra zona [Calvià, Palmanova, Magaluf] septiembre viene en línea similar al 2015, ligeramente por encima: el año pasado por estas fechas estábamos en el 68,2% de ocupación para septiembre y ahora vamos por el 69%. No hay un aumento espectacular, pero el año pasado ya fue bueno. Además estamos aún a mitad de agosto y a última hora también entran muchas reservas", explica Sebastià Darder, presidente de los hoteleros de Palmanova y Magaluf, que se muestra optimista, pero precavido, de cara a octubre: "Hace años se anticipaba más la venta en octubre pero hoy ya no va tanto así, es más imprevisible".

Reservas al alza hasta noviembre

Hoy la venta de último minuto está controlada por los operadores de internet, que, pese a la precaución de Darder, ofrecen todos datos muy parecidos. Y muy positivos para el negocio: octubre, coinciden, va mejor que el año pasado, e incluso aumentan las ventas para el inicio de noviembre. Con un añadido, un extra de felicidad que se nota donde mejor se cuenta, en la cartera: los precios de venta de este año son aún más altos que el pasado.

Es la cara feliz del abarrote asfixiante que agobia a muchos residentes: los destinos de Mallorca son los más cotizados del Mediterráneo también en otoño, con lo que toca sudar turistas por los cuatro costados durante un mes más, pero la demanda es tal que la oferta se vende toda y los precios son más altos que nunca.

Lo reconocen los hoteleros, que llevan cinco años seguidos logrando apuntarse subidas de precios, aceleradas por el propio esfuerzo inversor de los propios empresarios. Hay datos. Mientras los que no hacen reformas han visto su rentabilidad estancada o con ligeras alzas (en esta Mallorca de la saturación se vende todo), los que se lanzaron a mejorar su producto se apuntan subidas de precios que este año varían entre el 5-6% que reconocen los hoteleros oficialmente y el 15-20% del que presumen algunos en privado.

Otros van un paso más allá y aprovechan la rentabilidad creciente para mantenerse firmes. Cuentan en el sector por ejemplo el caso de Iberostar: están haciendo una gran temporada, como todos los que han invertido en calidad, pero precisamente por ello prefieren tener algunos de sus mejores hoteles al 75% que lanzarse a los descuentos. O pagas 200 euros por noche o busca en otro lado. "Hay más hoteles haciendo eso mismo: los hoteleros tenemos ahora la sartén por el mango. El que quiera calidad que la pague. Y el que no, a AirBNB", ironiza un empresario, harto, dice, de que muchos culpen a los hoteles de una saturación que "curiosamente coincide con el crecimiento brutal y sin control del alquiler ilegal".

Es la única preocupación de la Mallorca turística, temerosa de morir de éxito por una presión humana que empieza a revelarse insostenible. Aunque la intranquilidad sobre el futuro tiene cura en el olvido del presente, que es puro negocio: mientras la isla debate sobre su saturación insostenible, los euros que deja la avalancha turística anestesian hasta el discurso ecologista del Govern de PSOE y Més, embarcado este verano en pagar con dinero público una campaña de bienvenida a ese "turismo sostenible" que anega unas islas declaradas insostenibles por los ecologistas que antes apoyaban al Govern. En septiembre podrán seguir quejándose: el abarrote, con sus agobios y sus euros, continúa.

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