Baleares es la comunidad autónoma más atractiva para los jóvenes españoles a la hora de trasladarse en busca de trabajo, y la que presenta la mayor tasa de emancipación del país, y ello a pesar de tener que enfrentarse a los costes de la vivienda más acentuados de España, según se pone de relieve en el último informe elaborado por el Consejo de la Juventud de España. Un asalariado menor de 30 años se ve obligado en las islas a desembolsar un 82% de su sueldo para poder hacerse con un residencia fuera del domicilio paterno, una tasa a la que solo se acerca el País Vasco.
La gran baza de Baleares a la hora de convertirse en un polo de atracción de los jóvenes, tanto españoles como extranjeros, es la situación de su mercado laboral, con la segunda tasa más elevada del país de población ocupada y de contratos a jornada completa entre los menores de 30 años y una de las más bajas en materia de sobrecualificación.
Hay dos datos que reflejan la atracción que las islas generan entre los jóvenes originarios de otras zonas del planeta. El primero es que "Balears es la comunidad autónoma que más población joven recibe proveniente de otras regiones de España", según se subraya en el citado informe. La diferencia entre los residentes en el archipiélago de 16 a 29 años que optan por emigrar a otros puntos del país y los que llegan a las islas procedentes de otras autonomías se decanta claramente a favor de los segundos: en 2015 hubo 3.034 más que llegaron que los que se marcharon, o lo que es lo mismo, por cada 1.000 jóvenes que viven en Balears, el flujo migratorio interautonómico hace que lleguen casi 18 más, la tasa más alta de España seguida a notable distancia de Madrid (ese aumento no llega a 12 por cada 1.000 jóvenes residentes) y de Cataluña (por debajo de los 3 por cada 1.000).
Algo parecido sucede en el caso de los que se marchan o llegan desde el extranjero. Durante el pasado año se marcharon a otros países 2.220 residentes en Balears de 16 a 29 años, pero llegaron al archipiélago 4.136 desde el extranjero. Eso supone incrementar la población joven de las islas en unas 11 personas por cada 1.000 residentes, de nuevo la cifra más alta del pais.
Hay otro elemento a tener en cuenta a la hora de valorar las opciones que abre un mercado laboral ta activo como el balear: las islas registran la tasa más alta de emancipación en España, es decir, el porcentaje más alto de menores de 30 años que consiguen abandonar el domicilio de sus progenitores e independizarse, y ello a pesar del retroceso que durante 2015 se registró en esta materia en relación al ejercicio anterior. Según el Consejo de la Juventud de España, en el archipiélago hay 48.014 personas de 16 a 29 años que se han emancipado, o lo que es lo mismo, el 28,1% del total, frente a una media española del 20,5%. Por detrás de las islas aparecen, por este orden, Madrid, Cataluña, Aragón y la Comunidad Valenciana, mientras que los puestos de cola recaen en País Vasco, Extremadura y Andalucía.
El problema de la vivienda
En definitiva, Baleares es un polo de atracción para los jóvenes que viven fuera de sus fronteras y que buscan un nuevo lugar de residencia o una oportunidad laboral, y además es la zona del país en la que mayor porcentaje de menores de 30 años logra independizarse y salir del domicilio de sus progenitores. Pero lo llamativo es que todo eso se consigue pese a que el archipiélago presenta las mayores dificultades para que los jóvenes puedan acceder a una vivienda debido a la desproporción existente entre el precio de compra o de alquiler en relación a los salarios. No hay que olvidar que el sueldo medio bruto de un joven balear menor de 30 años está en los 10.926 euros anuales, lo que supone que no alcanza ni siquiera la categoría de mileurista. Si vamos a los que tienen entre 30 y 34 años, esa cantidad asciende hasta los 14.679 euros brutos, lo que dividido entre 14 pagas los sitúa en ese nivel de mileuristas, pero poco más.
Con estos mimbres, y con unas viviendas que en Baleares se están encareciendo a un ritmo muy superior al de otras zonas del país, se entiende que este informe llegue a una conclusión demoledora: un menor de 30 años que quiera comprarse un piso en el archipiélago se ve obligado a dedicar el 82,1% de su salario a hacer frente a la cuota de su hipoteca, y el alquiler presenta una tasa incluso ligeramente superior, con un 83%. Pero si se trata de un menor de 25 años, con retribuciones más bajas, esa hipoteca le supondría el 116,7% de lo que gana, es decir, destinar la totalidad del sueldo y encima tener que endeudarse. Conviene recordar que los economistas aconsejan no superar el 30% de los ingresos a la adquisición de una primera residencia, lo que refleja la desproporción que se vive en las islas. Eso supone que la mayoría de los jóvenes de las islas solo tienen dos opciones: o acceder a un piso barato porque les es cedido por sus padres o algun familiar o al menos éstos le ayudan a pagarlo, o compartirlo para pagar gastos a medias, sea con la pareja o con otra persona.
¿La ventaja? En las islas hay más jóvenes con ingresos para asumir esos gastos. La tasa de población joven con un empleo es en las islas del 41%, cuando la media en España se limita a un 36,2%. A eso hay que sumar que Cataluña y Balears son las comunidades con mayor nivel de contratos a tiempo completo, que el archipiélago registra la cuarta tasa de temporalidad más baja del país o que su paro de larga duración entre menores de 30 años está entre los más reducidos.
