Con la presión humana en más de dos millones de personas, con más de mil vuelos operando en Son Sant Joan cada día y con las reservas de agua en sus niveles más bajos de la última década, el Govern admite que la temporada turística en Balears "no da para más" y habla abiertamente de la "saturación" y "masificación" provocada por los visitantes. Ante la situación, el vicepresidente y conseller de Turismo, Biel Barceló, deja la puerta abierta a reducir plazas turísticas en las islas: "Techo de plazas siempre lo ha habido, y ha ido variando, el debate que debemos abrir es si el que tenemos ahora es el adecuado". Sin embargo, desde el Govern piden a los residentes que "sean receptivos" ante los visitantes y, con este objetivo, se presentó ayer una campaña que destaca los beneficios económicos del turismo y que aboga por que sea sostenible.

El Govern, las patronales CAEB y PIME y los sindicatos CC OO y UGT presentaron ayer una campaña publicitaria y de concienciación dirigida a los residentes que busca evitar el "rechazo" de la población de las islas hacia los visitantes y que, para ello, destaca que el 45 por ciento de la riqueza de Balears depende de esta actividad, que genera más de 150.000 empleos y que el 40 por ciento de la recaudación de impuestos sale de las empresas del sector.

La campaña, que no obstante aboga por el "equilibrio" y por el turismo sostenible, responde a que el Govern ha percibido mediante diferentes canales la desafección de parte de la población hacia los turistas, según confesó el director de la Agencia de Turismo de Balears (ATB), Pere Muñoz. "Si el turismo provoca un rechazo en los residentes tenemos un problema", aseveró Barceló, y por ello explicó que esta campaña es un primer paso pero que luego llegarán "medidas legales, administrativas y de colaboración público-privada" para evitar la situación de saturación.

Medidas para evitar el colapso

Esta semana Balears alcanza el récord de presión humana sobre las islas con más de dos millones de personas entre turistas y visitantes. El umbral de los dos millones se superó por primera vez hace un año y ahora se bate un nuevo registro. A los datos de récord que se mueven en el aeropuerto de Palma donde se están operando más de mil vuelos al día hay que sumarle la llegada de cruceristas. La sensación de saturación que hay en el centro de Palma se evidencia también en carreteras y algunos ayuntamientos han tenido que limitar los accesos de vehículos a playas. La presión turística también ha intensificado la situación de sequía que sufre Balears y las reservas de agua están en sus niveles más bajos de la última década.

"Somos conscientes de que tenemos una capacidad de alojamiento, de agua y de carreteras y que no podemos asumir más, más y más", admitió Barceló, quien aseguró que, esta senda, "puede llevar al colapso". En este sentido, el conseller aseguró que lo que pretende ahora es abrir un debate sobre las plazas turísticas para ver "si lo que tenemos ahora es adecuado". "Hay que tomar medidas para mantener la sostenibilidad", defendió Barceló.