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Entrevista

Cels García: "La presión del turismo sobre el agua es impresionante. Hay que poner un techo"

"El año que hay sequía, no puedes improvisar. Sabes que hay un ciclo, debes tener los acuíferos preparados"

El investigador asegura que la política hídrica "es la misma que hace 20 años".

Desde esta semana hay diez municipios de Mallorca en alerta por la sequía, otros tantos en "alerta técnica" en la Serra y el resto de la isla está en prealerta. Las reservas de agua están en los niveles más bajos de los últimos diez años y ya se han empezado a tomar las primeras medidas para paliar sus efectos. Cels García es profesor de Geografía en la Universitat de les Illes Balears (UIB) e investigador en recursos hídricos y en su gestión. Explica que la escasez de agua no se afronta con medidas una vez declarada la sequía, sino con una gestión de los recursos hídricos en periodos húmedos: "No puedes improvisar", asegura. Cree que hay que desarrollar una ley para actuar ante estas situaciones, denuncia el impacto del turismo en los recursos hídricos y abre un debate tabú, el del precio del agua: "No quiero que la gente pague más, pero hay que pensar que tener agua es un lujo".

-En la gestión del agua, ¿jugamos con fuego en Mallorca?

-El problema es que ha habido distintos gobiernos y distintas políticas, pero desde final de los 90 ganó la política de las desaladoras, de crear agua porque los acuíferos están muy sobreexplotados. Más allá, tengo la sensación de que la política del agua está igual que hace 20 años, sólo que ahora tenemos desaladoras. Tenemos herramientas pero no hay una legislación para paliar la sequía.

-Balears, por su naturaleza, ¿está condenada a la sequía?

-Como región mediterránea tiene ciclos húmedos y otros secos. El cambio climático tiene consecuencias y puede acentuar estos periodos. Nuestra actividad también los está intensificando.

-Las reservas de agua de la isla están al 44 por ciento de su capacidad, los niveles más bajos de los últimos 10 años. ¿Cómo hemos llegado aquí?

-Si tienes unas reservas no demasiado altas, tienes un invierno seco en el que te bajan los acuíferos y empiezas a recibir una llegada de gente masiva, acabas con una presión importante sobre el territorio. Hay una demanda muy elevada, de residentes y de turistas. La presión del turismo sobre el agua es impresionante."La Conselleria de Medio Ambiente no tiene herramientas aparte de tirar de desaladoras"

-Ante este impacto, ¿se le debe poner algún límite al turismo?

-Creo que sí. No le puedes decir a la gente que no venga pero sí que lo puedes regular. El hecho de que haya viviendas que alquilen ilegalmente es un problema. Hay que poner un techo a las plazas turísticas. ¿Qué pasará si la sequía se alarga uno o dos años más? Aquí vivimos del turismo pero el Govern debe buscar el control.

-¿Hay que destinar el nuevo impuesto turístico para sufragar infraestructuras de abastecimiento de agua?

-Es más que evidente. El impuesto turístico debe tener un aspecto claramente medioambiental: debes invertir el daño que le haces a los recursos, y ahí está el agua: mantenimiento de acuíferos, reparar perdidas, programas de gestión, campañas de sensibilización. Al no aplicarlo hemos perdido años de poder hacer proyectos medioambientales.

-Si el turismo sigue creciendo al ritmo que lo hace, habrá que ir adaptando esas instalaciones. La pregunta es: ¿Hasta cuándo?

-La oferta no tiene límite: es más, más, más y más. Eso es la política de oferta y es la política tradicional de este país: ¿Que necesitamos más agua? Pues más infraestructuras. Y a más agua que usas, más debes depurar. No sólo es sacarla, también es depurarla y transportarla. Todo eso es dinero. ¿Y que pasará el año que baje el número de visitantes? ¿Paramos las infraestructuras? Está muy bien hacerlas cuando hay mucha demanda, pero cuando no la hay resulta un fracaso. Es una política errónea. La alternativa es gestionar la demanda: mejorar perdidas, intentar que la gente consuma menos, que quien más gaste pague más, hay miles de cosas a hacer, está todo inventado. Desde el punto de vista político, esto último, supone mirar a más de cuatro años y eso ya no va bien.

-Ahora, ante la sequía, ¿qué debe hacer el Govern?

-No puedes improvisar el año que hay sequía. Sabes que hay un ciclo, que cada siete o ocho años tendrás un periodo seco. Para hacerle frente debes tener los acuíferos preparados y luego las desaladoras deben complementar. Pero también debes tomar medidas: para el campo, para los residentes, para los turistas. El problema de la Conselleria de Medio Ambiente es que no tiene herramientas aparte de tirar de desaladoras. Si tenemos una sequía importante de dos o tres años las reservas no se rellenan. Para gestionar la sequía debes tomar medidas en periodos húmedos, cuidando los acuíferos, por ejemplo.

La gente percibe la falta de agua cuando ve los embalses del Gorg Blau y Cúber vaciarse, pero realmente son una parte muy pequeña de nuestras reservas, lo importante son los acuíferos.

-La legislatura pasada se pararon las desaladoras y se explotaron los acuíferos. Ahora, esas plantas están a pleno rendimiento. ¿Es preferible?

-El problema es que cuando tienes una época seca tiras de desaladora, pero ¿qué pasa cuando tienes una temporada húmeda? Que como el agua desalada es más cara para las compañías, tiran de acuíferos y luego no están preparados. Además, parar las desaladoras supone que se rompen y hay que invertir para volver a ponerlas en marcha. ¿Qué hay que hacer? Buscar el equilibrio. No puedes tirar sólo de acuíferos ni sólo de desaladoras. Aquí está la gestión del agua de la administración, en encontrar el equilibrio.

-Luego están las aguas depuradas, pero ¿son una opción?

-Son muy importantes. Te pueden servir para riego y para limpieza. Cuanto más consumo tienes más agua tienes para depurar. Si tienes un buen sistema tendrás agua de buena calidad. Imagina que en los hoteles el agua que se utiliza en las duchas se depurara y volviera a la red. Para eso debes hacer una inversión.

"La tarifa del agua hay que subirla con planificación. Con fines recaudatorios no tiene sentido"

-Se piensa que la calidad de este agua no es buena.

-Con un buen tratamiento no tiene por qué. Este agua podría servir incluso para rellenar acuíferos. Son importantes.

-El Govern ha pedido a Madrid más dinero para invertir en infraestructuras hidráulicas. ¿Por dónde empezaría usted?

-El problema es que las inversiones hidráulicas van ligadas al Plan Hidrológico y no te puedes salir de él. Todo lo que sean nuevas infraestructuras es una política errónea. La inversión importante que se debe hacer es interconectar las fuentes de recursos, para poder mover el agua por la isla según las necesidades. Eso, el transporte y la comunicación, es fundamental, y eso sí que es prioritario. Yo priorizaría en eso.

-Ha empezado diciendo que falta legislación.

-Ya tenemos plan hidrológico, ahora falta legislar. Si tienes una ley, la administración puede obligar a tomar determinadas medidas. Que establezca cómo responder ante situaciones como esta. Naturalmente debe haber diálogo; no entre los partidos, sino con los diferentes agentes. La política de gestión del agua no puede ser un mando y ordeno de la administración, tiene que haber participación: compañías, agricultores, hoteles...Al final la gente participará porque todo el mundo quiere tener agua.

-Frente a la situación declarada de prealerta y alerta en algunas zonas, ¿el Govern debería aplicar en Mallorca un decreto de sequía como en Eivissa?

-Se trata de no funcionar por decreto ley, pero sí. Cuando entras en un situación de prealerta o alerta ya debes tener un catálogo de actuación pautado, no tener que ir improvisando. Sequías las ha habido, las hay y las habrá. Vamos a gestionar bien y a hacer participe a la gente. Para eso, una ley.

-Algunos municipios de la Serra ya han tomado medidas de restricción, limitando el llenado de piscinas o el riego, y el Govern lo recomienda a los que han entrado en alerta.

-No les queda otra. Cuando estás desesperado, ¿qué haces? Cierras el grifo. Cada municipio hace lo que puede. Llegas a esta situación extrema, la de obligar, porque no has hecho las cosas bien.

-Algunos municipios están gastando un 10 por ciento de su presupuesto en traer camiones cisterna con agua de las desaladoras. ¿Es sostenible?

-Mirémoslo al revés. Estamos acostumbrados a pagar poco por el agua. Es un problema grave el coste del agua. La gente se da cuenta que es más cara cuando paga más por agua desalada. Ahí te das cuenta que pagas poco. Esos ayuntamientos no pueden pretender que la administración les dé el agua gratis porque si han llegado ahí es porque han hecho una mala gestión del agua.

-¿Pagamos poco por el agua?

-Pagas mucho más por el agua en un supermercado. En Palma casi nadie bebe agua del grifo. ¿El agua del grifo es mala? No, es potable. ¿Se trata del gusto o es que las empresas de agua embotellada han vendido la idea de que la suya es mejor? El agua envasada también sale de un acuífero y se transporta de un sitio a otro. Si lo piensas es muy divertido.

-¿Sería una solución subir el precio de la tarifa del agua?

-Es un tema del que no le gusta hablar a la gente. El agua del grifo no es cara. Basta compararla con la del supermercado. De media se paga 75 céntimos el metro cúbico. Todo el mundo sabe lo que paga de luz o de teléfono pero la gente no sabe qué paga de agua. Cuando miras la factura te das cuenta que el consumo es lo de menos. Pagas más por el cánon de saneamiento o por el alcantarillado. Una factura del agua debe recuperar costes, claro. Hicimos un estudio y en un mismo municipio, con la misma tarifa, algunos hoteles consumían más que otros pese a pagar lo mismo. Al final dependía de la preocupación medioambiental del director.

-Entonces, ¿no serviría?

-Hay que hacerlo con planificación. Debe ser disuasorio. Si subes la tarifa con fines recaudatorios no tiene sentido. Es el caso de la última subida del canon de saneamiento. Me lo dicen las compañías. El canon lo diseña un técnico de Hacienda, que, con todos mis respetos, sólo buscaba recaudar. No quiero que la gente pague más pero hay que pensar que tener agua es un lujo y quien más consume debe pagar más. Se debe castigar a quien más consume. Es una herramienta. Hay que empezar a pensarlo con estudios.

-¿La ciudadanía está concienciada con el problema del agua?

-Hay una parte de residentes que sí, y una parte de turistas también. A otra le da igual.

-¿Las medidas que puede adoptar un particular en su casa, sirven realmente de algo?

-Todo suma, es importante. No esperes una gran reducción de consumo pero es una línea que se debe mantener, tengas agua o no. Hay que tener un comportamiento de no malgastar agua. No es la gran medida pero se debe hacer.

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