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Per Ells, once años de solidaridad

La asociación nació en 2005 con el objetivo de ayudar a niños procedentes de las zonas afectadas por Chernóbil

Desde hace once años la asociación Per Ells organiza cada verano acogidas temporales en Mallorca para niños bielorrusos y ucranianos. Proceden de zonas afectadas por el accidente nuclear de Chernóbil.

Per Ells empezó en 2005 acogiendo niños procedentes de Bielorrusia. Los criterios que se siguen a la hora de incluir niños en el programa se basan especialmente en su entorno, es decir, tienen que venir de familias desestructuradas o de orfanatos.

El objetivo de estas estancias temporales es de mejorar la calidad de vida de estos niños, los cuales llegan a la isla con una alta dosis de radiación. Esperanza Seguí, presidenta de Per Ells, explica que los niños que viven en este entorno tienen tendencia a desarrollar desde enfermedades respiratorias a cáncer, el más común de ellos es el de tiroides.

Con este programa se pretende mejorar su calidad de vida y se les aleja de su entorno temporalmente. Además, la asociación afirma que durante estos meses se pretende minimizar el efecto de las enfermedades que se producen en consecuencia a la alta exposición sobre la radiación.

En Mallorca "cargan pilas" para pasar el invierno en sus países de origen. Por otra parte, aquí estos niños tienen la oportunidad de no sólo mejorar su salud, también de mejorar su autoestima y sus habilidades sociales.

Esta asociación traslada a los niños cada verano hasta que tienen 17 años. Per Ells cuenta con la ayuda de asociaciones de Bielorrusia y Ucrania.

Po otra parte, cada año llegan dos monitoras, una ucraniana y otra bielorrusa acompañando a los niños. Hacen de traductoras, ya que no todos los niños hablan castellano.

Tanto las familias como los niños tienen la opotunidad de repetir esta experiencia año tras año, incluso en Navidad. Las dos partes tienen que aceptar, aunque si el niño o la niña es adoptado, los lazos se cortan.

El pasado abril se cumplieron 30 años del accidente nuclear de Chernóbil, a día de hoy aún se notan las consecuencias de la radiación tanto en suelos como en la salud de las personas que viven en las zonas afectadas.

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