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Informe

Médicos del Mundo denuncia el aumento de las menores que se prostituyen en la isla

La mayoría de los casos afecta a muchachas españolas y llegadas del Este de Europa que son controladas por redes de trata de blancas

Médicos del Mundo denuncia el aumento de las menores que se prostituyen en la isla

La cifra de chicas menores de edad que ejercen la prostitución en Mallorca bajo el control de redes de trata de blancas está aumentando. La voz de alarma la lanza Médicos del Mundo, que advierte además de la creciente degradación de las condiciones con las que el conjunto de mujeres que se prostituyen se ven obligadas a trabajar en la isla.

Los meses de verano suponen el punto álgido de este problema en Balears, con la apertura de numerosos locales y pisos en zonas turísticas del archipiélago y la llegada de personas que habitualmente ejercen la prostitución en otros puntos de España y en otros países. De este modo, desde esta ONG se estima que en estos momentos puede haber más de mil mujeres desarrollando esta actividad en Mallorca.

Pero en esta ocasión Médicos del Mundo no se limita a denunciar el empeoramiento en las condiciones en las que se practica la prostitución, en muchos casos con ingresos de supervivencia, sino que en esta ocasión se da la voz de alarma sobre un nuevo fenómeno, como es el citado crecimiento del número de chicas menores de edad vinculadas a esta actividad, de la mano de redes de trata de blancas.

Según señala el coordinador territorial de Médicos del Mundo en las islas, Alberto Gundín, estas situaciones se detectan principalmente con muchachas españolas y con las llegadas de países del este, y las primeras en muchas ocasiones constan como fugadas de centros tutelados. Al no disponer de recursos y apoyos en el exterior para sobrevivir, se convierten en presa fácil para los citados grupos delictivos, según pone de relieve.

Además de este problema, esta organización estima que el número de personas que se dedican a la prostitución no se está reduciendo en la isla pese a la mejoría de la situación económica, aunque se reconoce que la cifra de mujeres atendidas se está reduciendo este año en torno a un 11%, hecho que se achaca fundamentalmente a la reducción de financiación por parte de las Administraciones públicas que está obligando a reducir los programas que se desarrollan para atender a este colectivo. Pese a ello, se reconoce que algunos responsables políticos de las islas han hecho apreciables esfuerzos para recuperar estos fondos.

De este modo, se apunta que las nacionalidades más vinculadas al ejercicio de la prostitución en Mallorca son, por este orden, la nigeriana, la española y la rumana. Por detrás aparecen ya las colombianas, las brasileñas y las dominicanas. Pero son las africanas las que están padeciendo el mayor deterioro en las condiciones con las que se ven obligadas a trabajar.

Al respecto, se pone de relieve que muchas nigerianas se encuentran bajo el control de organizaciones que las obligar a aportar unos ingresos mínimos por jornada, bajo amenaza de ser objeto de agresiones físicas si no los consiguen. Bajo esta presión, hay muchachas que ven que no van a alcanzar ese mínimo exigido y optan por robar a algunos de sus clientes. Estas situaciones, según lamenta Alberto Gundín, las están "estigmatizando", y hay personas que rechazan sus servicios por miedo a ser objeto de alguno de estos hurtos, "cuando estas mujeres lo único que intentan es evitar que les den una paliza", según apunta el coordinador Territorial de Médicos del Mundo.

Mayor vulnerabilidad

Otro factor que se viene apuntando desde la citada organización es que las prostitutas son cada vez más vulnerables. Al haberse registrado el cierre de algunos clubs, muchas están pasando a ejercer esta actividad en viviendas particulares en las que son menos visibles y se incrementa el riesgo en el trato con los clientes -además de las tensiones que se viven en muchos casos con las comunidades de vecinos-, o en la calle, lo que hace que sean accesibles a cualquiera.

Este deterioro se agrava porque la crisis ha ido acompañada de una pérdida de poder adquisitivo de la clientela, que ha pasado a exigir tarifas cada vez más bajas. Este hecho explica que algunas de estas mujeres apenas consigan unos ingresos de unos 600 euros mensuales, en muchos casos con los que además tienen que mantener a algún familiar. Esta reducción en sus precios explica también los problemas antes señalados por los que pasan algunas nigerianas para obtener la recaudación que se les exige.

El tema de las mujeres vinculadas a las redes de trata y que se prostituyen tiene un problema añadido, como es su dificultad para acceder a servicios sociales al ser obligadas a mantenerse sin visibilidad para no ser detectadas por los Cuerpos de Seguridad.

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