Cuando en la primera quincena de julio los alcaldes de Campos y Santanyí, Sebastià Sagreras y Llorenç Galmés, asumieron la secretaría general y la portavocía del PP balear aseguraron que centrarían sus esfuerzos en reconciliar al partido "integrando todas las sensibilidades". A ese objetivo se han dedicado en sus primeras dos semanas como nuevos hombres fuertes del PP, según explicaron ayer en un desayuno informativo con los medios de comunicación. En este tiempo, han mantenido "contactos" con dirigentes locales que se alejaron del partido en especial durante el mandato de José Ramón Bauzá. Su idea es llegar con la máxima cohesión al congreso del PP balear, cuya fecha no está fijada aunque se prevé que se realice a mediados del próximo año.

"El PP balear ha tenido vocación de mayoría absoluta siempre porque ha sabido aglutinar a gente que incluso en distintos temas pensaban de manera diferente", declaró ayer Sagreras quien insistió en su voluntad de "aglutinar" el partido para llegar "tranquilos" al congreso del PP balear. "Queremos sumar", afirmó con el fin de buscar complicidades con "compañeros" que abandonaron las siglas, aunque no regresen a las filas populares.

No obstante, descartó que se hayan planteado incluir en esos contactos con antiguos cargos del partido a Jaume Font y Antoni Pastor, actuales dirigentes de El Pi, quienes abandonaron el PP enfrentados con Bauzá. Sagrera explicó que los contactos se han realizado con actuales cargos locales y con exdirigentes como Joan Simonet, de Alaró.

Paralelamente el presidente interino del PP, Miquel Vidal, intenta limar asperezas con el sector próximo a Bauzá. Vidal dio un golpe de timón a los pocos días de que en julio dimitiera José María Rodríguez al frente del PP de Palma junto a los rodriguistas Alvaro Gijón y Sandra Fernández. El presidente popular aprovechó el momento para destituir al rodriguista Andrés Ferrer como secretario general y colocar a los regionalistas Sagreras y Galmés como número dos y portavoz del partido respectivamente. La decisión fue interpretada como la toma del PP balear por parte del sector regionalista que lidera el exconseller Biel Company. Desde el antiguo oficialismo próximo a Bauzá no se ocultaron los recelos.

Vidal ha mantenido varios contactos, el último de ellos ayer, con el también exconseller Jaime Martínez, del sector próximo a Bauzá, para limar asperezas. Martínez, quien mantiene su intención de presentar su candidatura a la presidencia de partido si el juez del caso Rocamar le desmienta, afirmó ayer tras almorzar con Vidal que si se produce esa desimputación también aceptará la oferta del presidente interino de integrarse en la actual Ejecutiva del PP como adjunto a la Presidencia hasta la celebración del congreso.

"Estoy a favor de trabajar por un partido lo más unido posible que llegue con la máxima tranquilidad al futuro congreso y estaré para trabajar juntos siempre que defendamos las mismas ideas", dijo ayer Martínez tras esta reunión. Se da por hecho que si el juez mantiene la imputación del exconseller por el caso Rocamar, los oficialistas de Bauzá buscarán otro aspirante a la presidencia del partido que se enfrente por el cargo a Company, quien mantiene su intención de presentar su candidatura aunque él siga sin confirmarlo oficialmente.