Aunque el cumplimiento de las obligaciones económicas en el seno de las comunidades de vecinos ha mejorado, el presidente del Colegio de Administradores de Fincas de las islas, Pau Bonet, lamenta las dificultades que siguen existiendo en muchos edificios para hacer frente a los desembolsos extraordinarios, derivados en muchos casos trabajos de mantenimiento o de la detección de pequeños desperfectos.

En este aspecto, se recuerda que en las islas el parque de viviendas supera ya en muchos casos los 50 años, lo que hace necesario superar las correspondientes inspecciones.

El problema es que estas obras obligan a realizar derramas entre los propietarios que son rechazadas en muchos casos por una parte de ellos al no poder afrontar desembolsos extraordinarios. Esta oposición es más patente en las comunidades en las que ya existen problemas de morosidad.

Pero esta demora puede terminar saliendo muy cara, según subraya Pau Bonet, dado que se deriva en un desperfecto o avería cada vez más grave y cuya reparación resulta cada vez más cara, hasta que llega un momento en que resulta inevitable y el desembolso a afrontar se ha visto multiplicado.

Hay otro problema que cada vez resulta más habitual, según añade, y se da en muchas de las nuevas promociones que suelen contar con piscinas propias y zonas ajardinadas, características buscadas por los extranjeros que buscan alquilar una vivienda por unos pocos días.

En este caso, las tensiones vienen provocados por el comportamiento de algunos de estos inquilinos, que no respetan los horarios y descansos del resto de vecinos, y que en algunos casos superan en número la capacidad real de la vivienda, lo que intensifica los ruidos.