-Con la llegada del verano y de los turistas, la saturación de playas y núcleos turísticos se traslada también a las carreteras, ¿qué medidas se toman para evitar el colapso?
-Hay coches, pero no podemos decir que haya colapso. Es cierto que cuando caen cuatro gotas todos los turistas bajan a Palma y se generan atascos. Hay carreteras que se llenan algunos días. Una de ellas es la Vía de Cintura y no tiene nada que ver con el turismo. La Vía Conectora es una de las medidas para descongestionarla. Hay que acabar los primeros tramos y ahora planteamos un último tramo de Alcampo a la carretera de Sóller, a la altura de Camí dels Reis. Planteamos el desdoblamiento de la autopista de Inca en la salida hacia Andratx, que ahora es de un único carril. Y también hemos pedido la redacción de un plan de movilidad del área metropolitana.
-La temporada empieza con la llegada de los cicloturistas, que en algunos puntos suponen un auténtico problema para el tráfico. ¿Qué hacemos con ello?
-Hay tres tipos de actuaciones. La primera: ampliar cuando sea posible los arcenes a 1’8o metros. La segunda: en las carreteras de la Serra, donde no puedes ampliar el arcén, mejoramos el asfalto y marcamos las rutas ciclistas para que el ciclista en subida, cuando va más lento, vaya por las menos transitadas. Y la tercera: en núcleos donde hay carril bici, los conectamos con una vía ciclable segregada de la carretera. Es el caso de la que va de la rotonda de la bota de Binissalem a la rotonda del minero de Lloseta.
-¿El Consell debería recibir parte de la ecotasa para adaptar la estructura viaria a las necesidades del turismo?
-Creo que sí y, de hecho, plantearemos una propuesta concreta en ese sentido, para crear un plan de inversión con el que adaptar las carreteras al cicloturismo, tal y como lo tenemos previsto.