Diario de Mallorca

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Entrevista a Michel Magnier

"Estamos preocupados, todos tenemos familia, amigos y un pasado en Francia"

"Desde París se han acabado dando cuenta de que ser cónsul en una isla tiene una dimensión distinta"

Va camino de cumplir 24 años como cónsul honorario de Francia en Palma. Sin embargo, nunca se había visto tan expuesto a los medios como en el último año y medio. Los atentados yihadistas en el país vecino le han dado a Michel Magnier (Palma, 1965) un protagonismo en Balears que habría preferido no tener. Su mensaje frente al terrorismo es sereno: asegura que los franceses seguirán viviendo igual, que no hay que caer en la islamofobia y pide ir al núcleo del problema. Al margen de los trágicos sucesos en su país, trabaja día a día para ayudar a sus compatriotas en Mallorca y acercar las instituciones baleares con la administración francesa.

-Desgraciadamente, muchos mallorquines le conocen a raíz de los atentados que ha sufrido Francia en los últimos meses.

-Tener protagonismo por un tema tan triste y difícil desde luego no estaba en mis planes. Han sido tres veces que ha habido que comparecer lamentando estos sucesos. Ojalá la próxima vez que comparezca no sea para condenar estos terribles sucesos si no para anunciar un convenio en temas de educación, de formación profesional, de innovación y que podamos hablar de construir. De hecho, llevábamos meses trabajando con el anterior Govern en una cumbre bilateral entre Balears y Francia. Estaba con mucha ilusión, iba a ser un hito en la colaboración entre un país y una comunidad autónoma. A 48 horas de la cumbre nos sacudió el atentado de Charlie Hebdo y evidentemente pasó a un segundo plano. Seguiremos trabajando para ese convenio y lo conseguiremos.

-Tras el ataque en Niza, aseguró que los franceses seguirían viviendo con normalidad. ¿Cree que Francia ha cambiado a raíz de los atentados?

-En un principio hubo una cierta psicosis y ahora la vuelve a haber, pero poco a poco, con el paso de los días, va volviendo la normalidad. No olvidamos, porque estas cosas no se olvidan, pero tenemos que seguir viviendo, volver a la rutina y trabajar para un mañana mejor. Lo que cada vez sale más reforzado son las instituciones: los franceses hacen cada vez más piña. En Francia no se puede bajar la guardia, pero hay que seguir viviendo.

-¿Cuál es el camino a seguir para evitar nuevos atentados?

-El problema que tenemos en Francia es que los terroristas siempre son gente joven, muchos de nacionalidad francesa, que se ven seducidos por la ideología de estos asesinos y fanáticos. Algo estamos haciendo mal para que eso ocurra y hay que preguntarse qué es. En los últimos 20 años se han puesto muchas herramientas en las instituciones para que el mundo musulmán exponga sus problemas y buscar soluciones. Ahí es donde tenemos que seguir trabajando, en detectar el origen.

-Usted apeló a la "serenidad" y pidió no caer en la islamofobia. ¿Va ganando fuerza el discurso xenófobo en su país?

-Cada vez que ha habido un atentado los primeros en venir a mostrar sus condolencias son los representantes de las entidades musulmanas de la isla. Son los primeros perjudicados por la situación. Evidentemente no todos los musulmanes son terroristas. Hay 5 millones de musulmanes en Francia y los terroristas son una ínfima parte, que en muchos casos, como el último, ni practican el dogma musulmán. No obstante, es verdad que es muy fácil para algunos partidos e ideologías en Francia utilizar estos sucesos y les irá bien para ganar votos. Pero el musulmán no es el enemigo.

-¿Cómo viven desde la distancia los franceses de Mallorca toda esta situación?

-Preocupados. No es lo mismo verlo desde fuera que estar ahí. Todos tenemos familia, amigos y un pasado en Francia. Estamos preocupados, pero sabemos que saldremos adelante. Estamos convencidos y todos tratamos de dar ese mensaje de tranquilidad.

-Aseguró a sus compatriotas que aquí están a salvo. ¿Ve Balears un lugar seguro?

-Sólo por el hecho de ser unas islas ya me parece más seguro. Además, siendo un sitio tan acostumbrado al turismo y a acoger grandes mandatarios, se está más que preparado para que estas cosas no sucedan. Si hay un sitio seguro creo que este es Balears.

-Se reunió hace poco con 70 empresarios franceses y el Govern, ¿le pusieron ustedes deberes al Govern balear?

-La presidenta del Govern, Francina Armengol, explicó los ejes de su política y respondió a los empresarios franceses sobre sus dudas. Se hablaron de muchos temas y de forma muy distendida. Aceptó las preguntas con mucha paciencia. Hubo un antes y un después para los empresarios franceses en Balears: conocieron los objetivos y limitaciones, principalmente financieras, del Govern.

-¿Cómo han vivido los años de crisis los franceses de Mallorca?

-Es curioso. En años de crisis hemos visto crecer sustancialmente el número de residentes franceses con un perfil distinto. Antes venía un francés jubilado que buscaba una calidad de vida que en Francia no podía encontrar. Ahora son parejas o familias, de entre 35 y 50 años, que antes han sido turistas y vienen aquí con un proyecto empresarial. En un momento complicado, los franceses han encontrado una oportunidad.

-Aquí sabemos donde encontrar residentes de determinadas nacionalidades, pero franceses seguro que costaría más. ¿Es sólo por ser menos o son una comunidad más diluida?

-Ahora mismo debemos rondar los nueve o diez mil franceses en Balears. Casi un 50 por ciento tiene la doble nacionalidad. Están presentes en Palma, en la zona de Andratx y s´Arracó, en Cala d´Or, en Alcúdia y en la zona de Sóller, aunque este último es un caso más atípico porque ahí son mallorquines que emigraron a Francia y han vuelto. El francés cuando viene no busca ponerse al lado de otros franceses, le gusta relacionarse con el mallorquín.

-¿Para darles visibilidad está la Alianza Francesa?

-El trabajo de la Alianza es muy importante en la difusión cultural y de nuestro idioma, al que cada vez se acerca más gente para conocerlo. Además de la Alianza, tenemos como pilares al Liceo francés de Palma y varias asociaciones francófonas como Presencia Francesa en Balears, que recibe las necesidades de los franceses que vienen a residir, y otra asociación potente que es França a la Vall de Sóller.

-Hace unos años se tambaleó su futuro, ¿está ahora garantizada la continuidad del Liceo francés de Palma?

-No sólo está garantizada sino que la movilización de los padres en aquel momento se ha traducido ahora en que ya es una realidad que construiremos el nuevo Liceo, que albergará 650 alumnos. En septiembre batiremos el récord de alumnos en nuestra actual ubicación: más de 500, lo que demuestra el interés por el modelo educativo francés. El nuevo Liceo estará abierto en 2008, con unas instalaciones más modernas y estará ubicado en unos terrenos cedidos por el Ayuntamiento de Palma en sa Taulera.

-Con el Liceo seguro que la escolarización no es un problema, pero ¿qué dificultades encuentran los franceses cuando se instalan en Balears?

-Lo que se hace más difícil es comprender cuáles son las administraciones, qué competencias tienen y a cuál deben recurrir. Lo que más demandan es saber a quién dirigirse cuando les surge un problema. También cuesta entender la fiscalidad. El idioma desde luego no, no hay ningún problema con la comunicación. Tampoco con los servicios.

-El trabajo de cónsul honorario es principalmente vocacional y de servicio. ¿Los franceses tienen garantizado que nunca deberán desplazarse a Barcelona para sus trámites?

-Llevo 23 años como cónsul honorario y he visto de todo. Hemos pasado por etapas complejas. Ahora estamos viviendo una realidad difícil. Francia tiene que hacer frente a un déficit y tiene que estudiar de dónde puede ahorrar. Hasta dónde yo sé no está previsto que desaparezca la figura del cónsul honorario aquí. Desde París se han acabado dando cuenta que ser cónsul en una isla tiene una dimensión distinta. Tiene más sentido mantener una agencia consular aquí, en una isla, que en el continente y eso nos protege. Veremos lo que pasa en un futuro, pero mientras se avanza en una mayor integración europea habrá una agencia consular aquí.

-¿Qué papel deben tener las agencias consulares dentro de la Unión Europea?

-Nuestro papel debe ser el de ir detectando qué administraciones españolas por convenios europeos tienen la obligación de hacerse cargo de los ciudadanos franceses. Gracias a Dios la colonia francesa en Mallorca no tiene muchos indigentes ni excluidos sociales, pero sí tenemos algunos, así como gente con problemas: personas mayores que hay que buscarles ubicación en residencias y hoy por hoy están saturadas. Tenemos que garantizar que los ciudadanos franceses que la necesiten puedan acceder a una prestación de reinserción social. Parecía que los franceses por ser franceses no estaban expuestos a ese tipo de problemas, pero desgraciadamente sí. Por suerte no en la proporción que otros colectivos, pero sí que los padecemos.

-Tras el Brexit, ¿ve la posibilidad de un referéndum en Francia sobre su permanencia en la Unión Europea?

-Estoy convencido que la gran mayoría de los franceses son profundamente favorables a Europa. La gran mayoría ven que la Unión Europea es el futuro. Como yo soy un profundo europeísta, no entiendo que en un mundo globalizado vayamos cerrando fronteras. A raíz del Brexit, Europa debe llegar más al ciudadano, acabar con la idea de que Europa está lejos y de que de ahí vienen los problemas. No es así. En Francia tenemos elecciones en mayo del año que viene donde se enfrentarán programas opuestos y veremos qué pasa. Personalmente no entendería una Francia aislada de Europa como no entendería una España alejada de Europa.

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