-Quieren ustedes cambiar el mensaje que llega a la sociedad sobre Platja de Palma, calidad donde hay vulgaridad, excelencia donde hay prostíbulos, pero luego resulta que el destino sale en toda Europa asociado a una mafia policial, supuestamente orquestada por el PP y al servicio de empresarios turísticos como Cursach y Miguel Pascual. ¿Les está haciendo daño esto?
-Esto no ayuda, está claro. Somos los primeros sorprendidos. Cuando leemos eso, decimos: ¿Pasaba en nuestra playa? Queremos hacer las cosas bien. Tema mafias: no entendemos cómo hemos podido siquiera permitir que alguien haya pensado en esa idea…
-Pero algo sabrían ustedes, caray. Que se cobraban mordidas y había policías extorsionando a empresarios de la competencia…
-Vamos a ver, cómo diría, algo puedes oír, pero por ejemplo, que dos policías estén vigilando con prismáticos desde edificios para ayudar a carteristas, eso lo desconocía. No soy tan retorcido para pensar que algo así se pueda hacer aquí. No me cabe en la cabeza.
-Pero sobre que se pida a los empresarios que paguen para no tener problemas de seguridad, algo les habrá llegado...
-Alberto, aquí hubo años muy difíciles, muy complicados, en los que algunos policías actuaban más como armas de represión que para salvaguardar los intereses de la gente honesta. Hace tres años, teníamos más miedo a la policía que a algunos delincuentes.
-En Magaluf, cuando la cosa se puso fea, Gabriel Escarrer salió en público, y con nombres y apellidos, arremetió contra los empresarios que hacían que todo se pudriera, incluido uno metido en líos en Platja de Palma, Cursach, definido en el sumario judicial como “la Paca de la noche”. Aquí ningún empresario limpio que se esté viendo perjudicado ha dicho nada. Ni ninguna gran familia a lo Escarrer, ni ninguna asociación. ¿Por qué?
-Entenderá el porqué, ¿no? Si no lo decimos es porque no deberías decirlo, no quieres más dificultades.
-Es decir, por miedo. ¿Tan poderosa es esta gente?
-Sí, yo creo que sí. Lo son. Hoy por hoy la única satisfacción que tenemos es que cogiendo las antípodas de esos modelos de empresa, haciéndolo honestamente y apostando por la calidad, estamos ganando la partida. La libre elección de la gente está apostando por esta vía, nos está dando la razón, están cambiando y empiezan a no estar volcados con algo de muy mal gusto.
-Vaya, que cuando han salido los nombres en la prensa, cuando se ha hecho la luz, todo va mejor.
-Sin duda, estamos más tranquilos que hace tres años, es verdad.
-La zona sigue llena de prostíbulos, venta ambulante, trileros. ¿Qué soluciones proponen para todo esto?
-Prostitución: nos encantaría que no hubiera ni un solo prostíbulo en Platja de Palma, pero, ya que los hay, como mínimo que estén ordenados, controlados y contribuyan con impuestos. Mejor no tenerlo, pero si lo tenemos, que se legalice y controle. Y lo mismo con la venta ambulante: existe, pues ordenémosla y que contribuya al sistema. Aportemos todos. Creo en sistemas nórdicos, que no son tan hipócritas: no miremos para otro lado, pongamos orden y que todo el mundo pague. Los próximos años son para gestores que vean las cosas así, escuchen y afronten los problemas.
-¿Se sienten escuchados por los que han entrado en el gobierno local hace un año (PSOE, Podemos y Més)?
-Sí, la verdad es que sí. La Concejalía de Seguridad y la de Turismo están haciendo un gran trabajo en Platja de Palma. Nos están escuchando y resolviendo temas. Sería injusto no decirlo. Por ejemplo, la seguridad en Platja de Palma está este año mucho mejor que el año pasado, mal no lo están haciendo, ni mucho menos.
