La conselleria de Educación que dirige Martí March recordó ayer al profesorado de Religión que goza de una serie de condiciones especiales que suponen un agravio comparativo para el resto de docentes.

La directora general de Personal Docente, Rafaela Sánchez, expuso estos profesores que son elegidos por el Obispado y que solo pueden dar clase de su asignatura, con lo que no se rigen por el mismo sistema de acceso a la función docente y de asignación a los centros que los otros. Además, debido a los acuerdos con la Santa Sede, la oferta de esta asignatura es obligatoria aunque haya un solo niño matriculado, algo que no sucede con otras materias optativas.

Así lo indicó ayer la Conselleria tras la reunión del Comité de Religión a la que asistieron representantes del Obispado y del sindicato USO. Los docentes de Religión están en pie de guerra desde hace meses y de hecho llevaron a cabo una protesta el pasado junio debido a la reducción horaria que la asignatura sufrirá el próximo curso en Primaria y a la intención de Educación de unificar grupos con pocos alumnos en ESO. Según USO, estas dos medidas podrían suponer una pérdida de horas equivalente a cien jornadas completas, aunque el sindicato cree que más que despidos lo que se producirá el próximo curso serán muchas reducciones de jornada.

"Trato igualitario"

Tras la reunión, Sánchez indicó que la Conselleria no quieren "rebajar" las condiciones de estos profesores, sino "equipararlos con los interinos". El objetivo, aseguró, es darles un "trato igualitario". La directora general señaló que "a partir de las diez horas un interino tiene media jornada lectiva y a partir de las quince, una jornada completa más las horas complementarias".

Miquel Gual, vicario general de educación del Obispado, indicó que aunque Educación se ha comprometido a tratar de "salvar al máximo número de posible de profesores", hasta que no tengan los números concretos no podrán valorar el alcance de las medidas adoptadas.

En Primaria, Educación ha planteado reducir de 90 a 60 minutos semanales la duración de la asignatura. La Conselleria recordó ayer que la LOMCE permitía reducir a 45 minutos la asignatura y que su propuesta ha sido dejarla en 60, dejando a los centros la posibilidad de ampliarla si lo desean. En ESO han propuesto reagrupar la asignatura para ESO y Bachillerato, para que alumnos de diferentes grupos se unifiquen cuando hay una baja matrícula o que, en determinados casos, se pueda compartir un mismo profesor para varios centros.

Gual indicó que han solicitado el número de alumnos que tienen las otras materias que forman parte del bloque de optativas "para ver si Educación ha sido objetiva y se han seguido los mismo criterios".

El jueves se volverán a reunir las partes y se cerrará una propuesta.