El comercio estuvo ayer de fiesta, o al menos los establecimientos situados en los principales ejes del centro de Palma. La explicación es simple: todo el viento soplaba de cola. Si la demanda de los turistas viene siendo muy intensa durante los últimos meses, el inicio de las rebajas provocó que también la clientela local, que estaba esperando a que bajaran los precios, se incorporara al consumo de moda y complementos, y todo ello con la guinda que supone el que la campaña se haya iniciado un viernes. Durante la mañana la facturación en algunos establecimientos fue hasta un 20% superior a la conseguida un año atrás, aunque el resultado de la tarde fue más moderado, lo que redujo ese impulso en las ventas al cierre del día, con un balance "bueno, pero sin tirar cohetes".

Las previsiones para el conjunto del periodo de descuentos, según las patronales del sector, apuntan a que los ingresos en caja van a mejorar en torno a un 5%. Y la alegría no es la misma en todos los barrios, porque la facturación durante esta primera jornada se mantuvo muy concentrada en las zonas de más afluencia de transeúntes de la capital isleña. Pero lo que no pone en duda casi nadie es que el balance final de las rebajas de verano de este año va a ser mejor que el de 2015, independientemente de las fluctuaciones que la libra esterlina pueda sufrir tras el anuncio del Brexit.

La estimación de incremento de las ventas durante los próximos días es coincidente en las dos patronales del comercio isleño, Afedeco y Pimeco, y se sitúa próxima al 5%. Mayores diferencias aparecen a la hora de valorar este dato. Porque mientras que el presidente de Pimeco, Bernat Coll, habla de una desaceleración en la recuperación del sector debido al retroceso en la confianza de los ciudadanos y a la inestabilidad política, y lamenta que muchas tiendas optaran por adelantar la aplicación de descuentos y despistaran a los consumidores, su homólogo en Afedeco, Rafael Ballester, hace una lectura notablemente diferente, y apunta que precisamente el elevado volumen de ingresos que el comercio lleva consiguiendo durante los últimos meses de la mano de los turistas ha hecho que hayan sido muy pocas las firmas que adelantaran las rebajas, esperando la inmensa mayoría al día de ayer, tal y como hacen las grandes superficies. En cualquier caso, Ballester coincide con Coll en que sería conveniente volver a regular las fechas de inicio de rebajas, al considerar que la liberalización aplicada por el Gobierno de Mariano Rajoy ha sido negativa en este campo.

Al margen de las previsiones para toda la campaña de rebajas, nadie oculta que el día de ayer fue bueno para las cajas de los comercios del centro de Palma, un aspecto en el que coinciden tanto grandes superficies como establecimientos tradicionales, lo que supone sumar a los fuertes ingresos que se consiguieron el miércoles, al generar la lluvia el ya clásico día de saturación en la ciudad. Y lo mejor es que quedan por delante un sábado y un domingo con apertura comercial autorizada, aunque la mayoría de los pequeños establecimientos no planea mantener la actividad durante la jornada de mañana. Según reconoció Ballester, el balance es más moderado para los locales del extrarradio palmesano o de muchos pueblos.

Según apuntó un empresario del sector, "ayer pudimos volver a hablar en español en la tienda", en referencia a que tras semanas con clientela fundamentalmente extrajera, el inicio de las rebajas ha hecho que el residente habitual en la isla se haya incorporado al consumo para aprovechar la bajada de los precios, que en la mayoría de los casos se movió en torno a un 30%, aunque en los escaparates se colocaron también carteles con el 50% al disponer de una gama de productos que sirven de gancho para atraer a los clientes.