Los turistas que visiten a partir de hoy Baleares pagarán cada día un impuesto de entre 0,5 y 2 euros con el que el Govern prevé recaudar este año unos 40 millones de euros que destinará a inversiones en medio ambiente, patrimonio, turismo e investigación.

El Impuesto de Turismo Sostenible, nombre oficial del gravamen conocido popularmente como ecotasa, es una medida dirigida a incrementar los ingresos autonómicos que se contempla en el acuerdo de gobernabilidad entre Podemos, Més y PSOE.

El primer Gobierno de izquierdas de la comunidad, que presidió el socialista Francesc Antich en coalición con los nacionalistas del PSM, ya implantó una ecotasa en mayo de 2001 que fue derogada por el PP cuando recuperó la mayoría parlamentaria un año más tarde. Entonces, la oposición política al impuesto se vio redoblada por el rechazo frontal de todo el empresariado hotelero, que no dejó de criticar la medida y alertar de sus efectos perniciosos para la economía balear.

También en esta ocasión las patronales hoteleras y la oposición del PP han rechazado la nueva tasa, pero la extensión de figuras tributarias similares a muchos lugares del mundo y a otras zonas de España ha restado fuerza a los argumentos de que supondrá un desastre, mientras que todo el arco político coincide en la necesidad de mejorar una financiación que puede aumentar con la ecotasa en unos 75 millones de euros anuales.

El año pasado visitaron Balears, según datos oficiales, 14 millones de turistas, lo que se tradujo en 54,3 millones de pernoctaciones en alojamientos reglados. El gasto de los turistas extranjeros, que suponen en torno al 85% del total de viajeros llegados al archipiélago, ascendió a 11.012 millones de euros en 2015.

Un estudio encargado por el Govern pone de manifiesto que en el peor de los escenarios considerados, en el que la demanda turística se retraería un 0,8% por la implantación del impuesto, la caída de ingresos y del empleo compensaría con la actividad generada por la inversión surgida del impuesto.

El saldo sería de un crecimiento del PIB del 0,2% y del empleo de un 0,3%. Este análisis también tiene el cuenta, según el Ejecutivo, el posible impacto del brexit sobre la libra, cuya depreciación afectaría al poder adquisitivo de los turistas británicos, el segundo mercado más importante de Balears.