Ante todo, mucha calma: no se prevé un gran impacto del resultado del referéndum británico sobre la economía balear. En línea con el análisis de BBVA, en el Govern afirman que los efectos a corto plazo serán reducidos. Para analizarlos, la presidenta del Govern, Francina Armengol (PSIB), y el vicepresident y conseller de Turismo, Biel Barceló, se reunieron ayer con patronales y sindicatos. La conclusión, respaldada por informe de la Conselleria de Economía, es que pese a la devaluación inicial de la libra la cotización ha rebotado y esté en niveles similares a los de 2013, en niveles "aun favorables" para los intereses turísticos. Apuntan de hecho que el turista británico gasta menos por estancia (872 euros) que el viajero medio (912), y encima el 44% de ese desembolso se queda en origen, en la compra del paquete de viaje. Por ello en Economía calculan que una caída del 10% de la libra (que ayer cotizaba un 12% por debajo de sus valores de enero) supondrá como máximo un descenso del 0,6% del gasto turístico total, un porcentaje mínimo (y que se puede compensar con otros mercados). A largo plazo, en cambio, una salida poco amistosa del Reino Unido, que implicase marcha también del Espacio Económico Europeo, podría tener mayor impacto tanto para el turismo como para las exportaciones comerciales. En caso de permanencia en el Espacio Económico Europeo, las consecuencias serían casi nulas.