"Mala", "terrible", "nefasta", y "horrible" son algunos de los adjetivos utilizados ayer por los presidentes de las organizaciones empresariales de Balears para definir la noticia de que el Reino Unido ha decidido abandonar la Unión Europea, un colectivo que admitía ayer su "desolación" ante un acontecimiento que, según se subraya, va a tener un impacto negativo sobre el ritmo con el que las islas estaban recuperando su actividad económica y su empleo. En este sentido, se señala que el impacto más inmediato va a ser el empobrecimiento de la clientela británica por la fuerte devaluación de su moneda, lo que supone un descenso en el gasto que realiza, y la paralización de inversiones inmobiliarias por parte de los ciudadanos de ese país. En cualquier caso, aunque se augura una desaceleración en la reactivación de la economía y el mercado laboral de las islas, se descarta por ahora que se pueda volver a entrar en recesión.

La patronal CAEB optó ayer por emitir un comunicado lamentando la decisión británica, pese a expresar su respeto por el voto emitido, y admitió que los efectos de la devaluación se su moneda van a ser negativos en el corto plazo tanto en materia de ingresos turísticos como de inversión, aunque apuntó también su confianza en la fortaleza del proyecto europeo.

Más contundente fue la presidenta de la Federación Hotelera de Mallorca, Inma de Benito, al apuntan sin rodeos de que el brexit no es una buena noticia ni para Europa, ni para España ni para Balears, y que va a abrir una fase de fuerte volatilidad en los mercados y de reducción en el ritmo con que se estaba recuperando la economía. En su opinión, el resultado de la votación del jueves no va a suponer un recorte en el flujo de turistas que durante este año van a visitar las islas, pero sí una rebaja en el gasto que realizan por la depreciación de su moneda frente al euro, a lo que sumó la fuerte inestabilidad que va a acompañar las negociaciones para formalizar la salida. La portavoz hotelera consideró que lo sucedido es achacable a los "populismos políticos".

El presidente de una de las asociaciones hoteleras con mayor dependencia británica, como es la de Palmanova-Magaluf, Sebastián Darder, destacó que julio y agosto ya están prácticamente vendidos, con un 80% de la ocupación ya garantizada, aunque expresó su temor ante lo que puede suceder en septiembre, ya que la demanda de plazas de alojamiento solo está comprometida ya en un 40%. En cualquier caso, coincidió en que la devaluación de la libra va a empobrecer a sus clientes y a recortar el gasto que realizan, y añadió una preocupación adicional, como es la previsión de que los tour operadores británicos "van a entrar a cuchillo" a la hora de exigir recortes en los precios para el año próximo, pese a que muchas de las inversiones de reforma hotelera siguen sin estar amortizadas.

Esta alarma ante el impacto que la devaluación de la moneda británica va a tener fue expuesta también por el presidente de la Asociación de Restauración de Mallorca, Alfonso Robledo, el cual echó mano del término "horrible" a la hora de calificar lo sucedido, por cuanto condiciona el resultado de una temporada turística que "se presentaba fenomenal". Su preocupación radica no solo en la caída de las cajas que bares, restaurantes y cafeterías van a registrar a causa de la pérdida de poder adquisitivo de los visitantes y residentes británicos, sino en el impacto que ello puede tener sobre el empleo.

Este análisis es compartido por la totalidad de los sectores más vinculados a la oferta complementaria. El presidente de la patronal de comercio Afedeco, Rafael Ballester, calificó de "golpe" lo sucedido y se sumó a las voces que hablan del repentino empobrecimiento de una parte fundamental de la clientela extranjera que además venía mostrando un buen nivel de consumo al disponer de una moneda fuerte frente al euro. Y al igual que el resto de los empresarios, avisó de que este descenso en el gasto turístico va a condicionar la reactivación del empleo. Su homólogo en Pimeco, Bernat Coll, habló también de "mala noticia", tanto para el sector turístico como para el pequeño comercio, al recortar sustancialmente el poder adquisitivo de la clientela británica.

El presidente de la Asociación de Salas de Fiestas de Balears, Jesús Sánchez, reconoció su preocupación tanto por el hecho de que la segunda potencia económica de la UE opte por salirse de ella, como por el impacto que va a tener ante la pérdida de poder adquisitivo de la clientela británica y la reducción de su gasto, con los correspondientes efectos sobre el crecimiento económico y el empleo. En cualquier caso, recordó que el archipiélago siempre se ha sabido adaptar a las situaciones difíciles, y señaló que habrá que afrontar la asignatura pendiente de buscar una mayor diversificación de los mercados emisores.

El presidente de la Asociación Mallorquina de Atracciones Turísticas, Antonio González, consideró que lo sucedido es la consecuencia de un "pésimo político", en referencia al primer ministro del Reino Unido, David Cameron, y advirtió también de los daños que el aumento de los "populismos y nacionalismos" está haciendo a la sociedad. En su opinión, el turismo va a ser uno de los sectores más dañados por el brexit, y en su caso opinó que el riesgo de una recesión no debe descartarse dependiendo del resultado de las elecciones generales que se van a desarrollar mañana, ya que "puede llover sobre mojado".

La preocupación de los empresarios más vinculados a la actividad turística alcanza también al sector inmobiliario. El presidente de la Asociación de Promotores de Balears, Luis Martín, declaró que lo sucedido es una "terrible noticia", por cuando la clientela británica estaba impulsando la venta de viviendas en las islas, hasta el punto de que algunas empresas promotoras y de mediación inmobiliaria se habían especializado ya en este mercado. "Ahora lo pueden pasar muy mal, y no hay que descartar que alguna pueda ver condicionada su supervivencia", lamentó. Además, auguró una paralización durante los próximos meses de inversiones previstas en esta materia.

El director de la Asociación Balears de Constructores, Bartolomé Mayol, señaló también ese frenazo en la demanda inmobiliaria británica, al menos durante unos seis meses y hasta que se vaya asumiendo el golpe inicial, y recordó que no hay nada peor que la incertidumbre para "un dinero que es cobarde". En este sentido, indicó que su sector tiene centrada buena parte de su actividad en la construcción y rehabilitación de inmuebles para extranjeros.

El presidente de la Cámara de Comercio de Mallorca, José Luis Roses, manifestó que tras el turístico y el inmobiliario, el sector exportador va a ser el más dañado, al perder sus productos competitividad en el Reino Unido por la devaluación de la libra, y señaló el impacto que ello va a tener para la industria del calzado y, a partir del próximo año, en la producción de patata.