Antes de denunciar ante la Nunciatura Apostólica al obispo de Mallorca, Mariano de España buscó el consuelo y la ayuda del Papa Francisco en su drama personal. El marido de Sonia Valenzuela escribió una carta muy íntima al jefe de la Iglesia romana, fechada el 10 de noviembre de 2015. "Beatísimo Padre, le escribo estas letras desde el más profundo dolor de mi corazón (...) como católico practicante que soy", reza el encabezamiento.
"Mi esposa se encuentra totalmente abducida por el obispo Salinas, lo cual motivará irremediablemente nuestra separación matrimonial, con un grave perjuicio para mis hijos, para ella misma y para mí", se lamenta De España a Francisco. "La relación compulsiva y escabrosa de mi esposa con el obispo Salinas me ha llevado a romper el matrimonio y a redactar la presenta carta", narra el todavía marido de la que era en ese momento secretaria personal del prelado. Mariano de España confiesa al Pontífice que en su día advirtió a monseñor Javier Salinas "de que él tenía problemas de afectividad y estaba interfiriendo" en su matrimonio, "haciendo caso omiso" el obispo, asevera. "Me encuentro totalmente defraudado con la actuación del prelado, no pudiéndolo soportar y más teniendo en cuenta el personaje", prosigue De España.
"Una manipulación inmoral"
"Le pido que medite", le ruega el esposo al Papa, "el gravísimo daño que está acarreando el obispo Salinas al sacramento del matrimonio, por un lado, y por otro, la falta de caridad cristiana que demuestra al privar con la abducción del referente materno de una familia hasta su manipulación perfectamente estructurada y siendo absolutamente inmoral".
En la misiva Mariano de España explica que su esposa "vive por y para el obispo Javier Salinas, sin tener en cuenta que todavía tiene una familia, aunque por poco tiempo". "Ha destrozado un matrimonio y una familia, valiéndose del ascendente de su prelatura, de su dirección espiritual y de su superioridad jerárquica profesional", acusa al pastor diocesano.
Valenzuela "la mayoría de los días se queda en la casa del obispo hasta las 22 horas, incluso domingos, cuando me consta que vive solo y no hay nadie más, siendo él el que la despide en la puerta", apunta la carta.
El momento más punzante, describe De España, se produjo el 5 de septiembre de 2015, durante la celebración de sus bodas de plata en el Palacio Episcopal, que presidió monseñor Salinas. Al denunciante le sentó muy mal que el obispo "no se dignara a mencionar siquiera los valores del matrimonio ni el motivo de la celebración", sus 25 años de casados. Mariano de España vivió aquella ceremonia religiosa como si fuera el enlace cristiano de su propia mujer con el obispo, y así se sincera con el Papa: "La función a la que yo asistía como sujeto pasivo era la unión del oficiante con mi esposa de forma encubierta y rastrera, sellada con los anillos de caminantes", alude a las alianzas que el obispo y Valenzuela se habían intercambiado en aquellas fechas. "El obispo ha abusado de mi confianza y hospitalidad, viviendo a casa incluso a dormir, y habiendo celebrado hasta dos homilías, lo cual es todavía más grave al haberse intentado ganar mi amistad para acercarse a mi mujer", acusa el marido a Salinas. "Me ha partido el alma", concluye su escrito a Francisco.
