Antes de comenzar la crisis económica, en 2007, solo uno de cada tres isleños se identificaba como parte de la clase baja o media baja. Menos de una década después, en estos momentos la mitad de los residentes en Balears se enmarca en este grupo, según se desvela en el número 300 de Quaderns Gadeso presentado ayer y dedicado a la consolidación de la desigualdad durante el periodo 2012-2016.

Este es uno de los datos que mejor reflejan el deterioro social que se ha producido durante los últimos años. Los isleños que se identifican como clase baja han pasado de ser el 10% en 2007 a suponer el 15% en 2016, y los de clase media-baja han pasado en esos años de ser un 24% a un 35%, siendo los únicos segmentos en los que aparecen crecimientos. Por contra, los que se definen como clase media han bajado de un 40% a un 33%, los de media-alta han ido de un 20% a un 15%, y la clase alta se ha reducido de un 6% a un 2%.

Estos datos explican que un 94% de los encuestados considere que existe una gran desigualdad entre las diferentes clases sociales.

A la hora de analizar las preocupaciones de los ciudadanos del archipiélago, la que aparece en primer lugar y con una clara tendencia al alza es la relacionada con el desempleo y la inestabilidad laboral.

Hay un dato que se apunta como revelador. La confianza en la economía, enormemente negativa durante 2012, ha ido mejorando paulatinamente hasta alcanzar el punto de pesimismo más moderado en 2015. Pero este año ha vuelto a empeorar, un hecho que se achaca a que la mejoría en la economía no está llegando a muchas familias.

A la horas de definir el panorama laboral actual, el término que más se repite, en un 56% de los casos, es el de la temporalidad, seguido de la precariedad en un 23% de las respuestas. Solo un 7% habla de salarios dignos. En cualquier caso, si se detecta en 2016 una mejoría en las expectativas de los parados de encontrar un empleo.

Los isleños se muestran muy críticos con las políticas de austeridad, que son rechazadas por el 69% de los encuestados, mientras que un 11% las califican de necesarias para salir de la crisis.