Representantes del Servei de Salut, encabezados por su director general, Juli Fuster, y técnicos de Emaya, con su presidenta Neus Truyol al frente, se reunieron ayer para estudiar qué medidas pueden aplicarse para racionalizar y optimizar el consumo de agua en los centros sanitarios de Palma a los que abastece la empresa municipal ante la preocupación creciente por la sequía y las posibles restricciones que esta conlleve.

Ambas instituciones acordaron elaborar un documento para hacer auditorías del consumo de agua en los 35 centros sanitarios -diecinueve centros de salud, once unidades básicas de salud y cinco hospitales- en los que se considera prioritario mantener el abastecimiento de agua por la actividad que desarrollan y que no pueden experimentar restricciones ni cortes en el suministro. En la reunión se acordó la introducción de medidas para optimizar el consumo de agua en los edificios con más años y que no disponen de sistemas para reducirlo.