Incrementos del 5% al 10% en las ventas de un sector comercial que ha tardado más que otros en incorporarse a la senda de la recuperación, como es el de electrodomésticos, menaje del hogar o mobiliario. Ese es el efecto del que se responsabiliza, al menos en parte, al boom que se está viviendo en los alquileres vacacionales. La intención de muchos propietarios de viviendas de ponerlas al alcance de los turistas les está obligando a hacerles un ´lavado de cara´ e incorporar nuevos elementos para convertirlas en un producto competitivo. Y eso pasa en muchos casos por la renovación o instalación de equipos de refrigeración, neveras, cafeteras, nuevas cortinas, manteles o pequeños muebles, es decir, mayores ingresos tanto para grandes como para pequeños establecimientos.

El incremento en la demanda de este tipo de productos es confirmado tanto desde las patronales del comercio tradicional como desde las grandes superficies. "El mercado se está moviendo", se señala desde una de estas últimas, y no se oculta que esta tendencia se vincula al enorme volumen de viviendas que este año se están alquilando a extranjeros por la mayor rentabilidad que se obtiene de ellos.

Un aspecto que comienzan a tener claro los propietarios de estos inmuebles es que sus posibilidades de éxito pasan en muchos casos por la puntuación que a sus viviendas asignan los usuarios en las páginas web donde se comercializan, de ahí que se este registrando una mejora en el mobiliario que incorporan para hacerlas más atractivas.

En el caso de los electrodomésticos, los establecimientos consultados hablan de incrementos en las ventas del 7% al 10% respecto al año anterior, especialmente en el caso de los de pequeño tamaño, como cafeteras, microondas o tostadoras, mientras que en el menaje del hogar se señalan aumentos del 5% al 8%. La mejoría alcanza igualmente a los elementos de decoración.

El boom turístico que está viviendo la isla está modificando sustancialmente el panorama comercial, al ser uno de los sectores más directamente beneficiados del incremento en el volumen de clientes derivado de la masiva presencia de extranjeros. Y además va a tener repercusiones también en algunos aspectos de los hábitos de compra de los propios residentes.

Unas rebajas de perfil bajo

En relación a este último punto, desde las patronales Afedeco y Pimeco se subraya el impulso que las ventas de moda y complementos están registrando durante los últimos meses.

En concreto, la segunda de estas organizaciones ha hecho público un barómetro en el que destaca que el 60% de los establecimientos consultados apunta esa mejoría durante el mes de mayo, mientras que un 30% habla de unos ingresos similares a los del pasado ejercicio.

El resultado, según se reconoce, es que a los comerciantes les da "pereza" tener que aplicar descuentos en un momento en el que las ventas van "como un cohete" y en unos meses, como son julio y agosto, en el que el consumo de los turistas se encuentra en su punto álgido.

Así que la estrategia está ya diseñada a grandes rasgos. Para empezar, la mayor parte del comercio tradicional no plantea en esta ocasión, y a diferencia de los últimos años, adelantar unos días la aplicación de descuentos, lo que supone que la mayor parte del comercio esperará al 1 de julio, fecha en la que los grandes establecimientos ponen el cartel de ´rebajas´. Además, se destaca que ese día coincide con un viernes, una jornada excelente por cuanto hace que los primeros días de la campaña, es decir, los de mayor demanda, coincidan con un fin de semana.

En segundo lugar, los descuentos que se van a aplicar en esta ocasión van a ser moderados, salvo en algunos pocos productos que se utilizarán como gancho. De este modo, se podrán utilizar fórmulas promocionales como el anunciar recortes en los precios "de hasta un 50%", porcentaje que se limitará a unas pocas prendas, mientras que para la mayoría no se espera ir más allá de un 20%.

En concreto, se señala que los mayores descuentos podrían aplicarse sobre la moda de primavera, como las camisas de manga larga, por ser las que menores ventas han tenido, para respetar en mayor medida el valor original de la manga corta, bañadores y similares, al ser los que registran una mayor demanda en meses como julio o agosto.

Aunque esta política puede desincentivar las compras de los residentes, no se oculta que en estos momentos en los principales ejes comerciales el protagonismo del consumo lo tienen los turistas, y éstos hacen compras sin necesidad de descuentos.

Porque esas compras, aunque individualmente puedan ser de escaso valor, en conjunto adquieren un elevado montante por la acumulación de clientes, especialmente con unos británicos que en estos momentos disfrutan de una libra con una enorme fortaleza frente al euro y que ven como su poder adquisitivo en España se ha incrementado de forma apreciable.